Cruzar la línea
Las amenazas de muerte a la alcaldesa van más allá del derecho a expresarse libremente
Actualizado: GuardarLa libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales del ser humano libre. La capacidad de decir lo que uno piensa cuando uno quiere es mucho más valioso de lo que algunos se piensan, más, si tenemos en cuenta que hay países, no tan lejanos al nuestro, en el que esa opción no existe. Cádiz, cuna de la libertad, es desde hace, por lo menos, un bicentenario, el origen de ese derecho. Aquí se fraguó, aquí se adquirió y así se ha llevado a gala desde hace doscientos años.
Pero este derecho es mal entendido por aquellos que, enarbolando la bandera de la libertad, coaccionan, insultan y amenazan de muerte a los demás, simple y llanamente porque «están en su derecho».
Las polémicas declaraciones realizadas el pasado viernes por la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, en las que decía textualmente: «Lo más llamativo es que aquí hay gente que viene a pedir ayudas sociales al Ayuntamiento para comer y resulta que tienen una cuenta en el Twitter. Que sepa yo, eso cuesta dinero», -segundos después la alcaldesa explica en la misma comparecencia que se refiere a la conexión a internet- han encendido la mecha de la ira de los no seguidores de la alcaldesa. Cuando uno accede a un puesto público lo debe hacer con la consciencia de que no todo el mundo puede estar de su parte, sobre todo cuando las cosas van mal, y supongo que ella era consciente de que esas palabras se convertirían en una herramienta de contraataque para sus detractores. Algo lógico que, además, mantiene vivo el debate.
Pero lo que seguro no se esperaba ni ella, ni nadie, es que algún que otro 'defensor' de la libertad de expresión cruzase la delgada línea que separa el derecho, del ultraje para amenazarla de muerte, sobre todo, utilizando la más sucia estrategia de los asesinos con el término 'una bala en la cabeza'. Es probable que las intenciones de este individuo no vayan más allá de la valentía que otorga un ordenador, pero no está de más poner en manos de la justicia declaraciones de estas características para dejar claro que 'no todo vale' y que esta no es manera de cambiar las cosas, si es lo que se pretende.