Bo Xilai habla durante su juicio en Jinan, en la provincia de Shandong, el 25 de agosto de 2013. :: REUTERS
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Bo Xilai se enfrenta a quien fue su mano derecha

El anterior jefe de Policía de Chongqing acusa al exdirigente chino de haber encubierto el asesinato de un empresario británico

ZHANJIAJIE. Actualizado: Guardar
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Bo Xilai, exsecretario del Partido Comunista de China en la ciudad de Chongqing, se hizo con el favor del pueblo gracias a que convirtió la megalópolis que gobernaba en uno de los motores económicos del interior de China. Y consiguió hacer brillar su estrella dentro del Partido porque, además, venció en una guerra sin cuartel contra las mafias que campaban a sus anchas. Eso último lo hizo de la mano de Wang Lijun, quien le sirvió de fiel escudero en una cruzada que obtuvo varios sonados frutos.

Pero todo cambió el 15 de noviembre de 2011, cuando la mujer de Bo, Gu Kailai, envenenó al empresario británico Neil Heywood para acabar con el chantaje que le estaba haciendo -amenazaba con hacer público el caso de corrupción que le había permitido comprar una mansión en Francia- y proteger al hijo de la pareja, Bo Guagua.

Según contó Wang el sábado por la tarde, durante la tercera jornada del juicio en el que se acusa a Bo de soborno, corrupción y abuso de poder, la relación entre ambos se deterioró el 28 de enero del año pasado, cuando Wang le anunció a Bo que su esposa era una de las principales sospechosas en la muerte de Heywood, que se había certificado como un infarto provocado por una excesiva ingesta de alcohol. Según Wang, al día siguiente Bo le propinó un puñetazo que le hizo sangrar, y pocos días después fue sustituido sin haber seguido el complejo procedimiento pertinente. Fue entonces cuando Wang temió por su vida, huyó al Consulado de Estados Unidos en Chengdu, y dio inició el culebrón político más apasionante de China en las últimas décadas.

¿Encubrió Bo el asesinato de Heywood? El exdirigente lo niega rotundamente. Su mano derecha, condenada a 15 de años de prisión, asegura que sí lo hizo. Pero, según aseguró Bo ayer en la cuarta sesión de un juicio que ya nadie sabe cuándo terminará, Wang es una persona «vil, a la que le gusta expandir rumores y enfangar las aguas, y en cuyo testimonio ha seguido mintiendo». No obstante, sí que reconoció haberle propinado un manotazo y parte de responsabilidad en la huida de Wang a la legación estadounidense. «No conseguí resolver el asunto con calma y juzgué mal la situación», dijo.

Dos fallos

Es el segundo fallo que reconoce haber cometido durante el juicio, pero no se ha declarado culpable de ninguno de los cargos que pesan sobre él a pesar de que ha quedado acreditado que cinco millones de yuanes (625.000 euros) de fondos públicos fueron malversados por su esposa.

Habrá que ver si el juez considera posible que el hecho de que Bo tuviese una amante pudo haber provocado una incomunicación tan grande en la pareja como para que él no se enterase de que su esposa había comprado una mansión y había matado a un hombre.