Sociedad

La segunda hornada quiere mantener la tradición

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Estefanía y Nieves han introducido algunas novedades en La Portorrealeña como unos bizcochos con diferentes coberturas o algo de bollería. Además hacen dulces pequeños para celebraciones, tanto salados como con azúcar. En Navidad, donde su roscón de Reyes también es muy conocido, preparan unos individuales para los que quieran algo para tomar en el momento.

Pero las estrellas de la casa siguen siendo las canastillas con diferentes rellenos, los negritos, los bizcochos borrachos, el tocino de cielo o los dulces de hojaldre, una de las técnicas preferidas por José: «Aquí el hojaldre se hace entero, porque se nota la diferencia con los industriales».

Las canastillas tienen diferentes rellenos y por encima llevan fruta o frutos secos y un poco de coco, una decoración típica de las confiterías clásicas.

Los dulces se venden a precios que van entre los ochenta céntimos y el euro con ochenta céntimos. Los más habitual es venderlos en bandejas de media y de docena. Y se siguen haciendo pasteles ya difíciles de encontrar como las sultanas de coco o los roscos de hojaldre con cabello de ángel por encima. Estos también los tienen sin azúcar, para diabéticos. Hasta el papel que usan para envolver es de los clásicos. «No sabemos cuantos años llevamos haciéndolo igual. Lo único que hemos cambiado ha sido el teléfono, que ahora es un móvil», reconoce el maestro pastelero.