La casa sin barrer
Actualizado: GuardarLamentable están siendo los enfrentamientos entre el PP y el PSOE por la creación de la Zona Franca de Sevilla que, por mucho que intenten disfrazarlo y apodarlo con diversos nombres, ocasionará un gran perjuicio para el recinto fiscal gaditano y por ende para los habitantes de esta trimilenaria ciudad. Hace ya un mes de la firma que cogió por sorpresa a todos los dirigentes gaditanos y aquí nada ha cambiado. El proyecto sevillano sigue adelante y en Cádiz seguimos esperando a que el ministro Montoro vuelva de sus vacaciones para concertarnos una cita. La creación de la Zona Franca vecina avanza mientras en Cádiz se están echando los tiestos a diestro y siniestro olvidándose por completo del objetivo y de aquello de que la unión hace la fuerza. Unos apuntando a que el origen de todo esto lo creó el PSOE, los otros destacando que la firma lleva el logotipo del PP y entre estos dimes y diretes, el grupo municipal de Izquierda Unida aprovecha para meter leña al fuego e intentar sacar tajada. La críticas, las réplicas, las contrarréplicas y las megarréplicas se suceden en este triángulo peligroso que, una vez más, se pierde por atribuirse méritos en lugar de conseguirlos. Ya ni siquiera hablan los cabeza de lista, las acusaciones han pasado a hacerlas los número tres y hasta cuatro, entrando en un sinfín de descalificaciones mutuas que de nada sirve al ciudadano. Todavía me acuerdo del debate de hora y media de un pleno cuyo único punto era votar una propuesta unánime de los tres partidos con representación en la corporación local para reclamar carga de trabajo para los astilleros. Los portavoces estuvieron atacándose y pidiendo responsabilidades durante hora y media pese a que partían de una supuesta unanimidad. Las tres factorías siguen esperando a que llegue esa carga de trabajo.
Me temo que con esta actitud, por Cádiz volverá a pasar el tren de largo, sin parada ni anuncio, porque nuestros dirigentes políticos estarán enfrascados en un debate interminable sobre quién se olvidó poner la parada en lugar de preocuparse por averiguar la mejor manera para subirse. Seguirán discutiendo y al final, el uno por el otro, la casa se quedará de nuevo sin barrer.