Una nueva manifestación en Atenas en protestas por los recortes. :: JOHN KOLESIDIS / REUTERS
Economia

Alemania y Reino Unido alientan las perspectivas de mejoría de la Eurozona

La reactivación de Berlín y Londres se extiende a todos sus sectores, mientras la confianza de los consumidores gana terreno en la UE

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Europa suma nuevas razones para creer en el despegue económico. Un conjunto de datos difundidos ayer ratificaron que la UE se encuentra ante un punto de inflexión que podría abrir paso definitivamente a un periodo de crecimiento sostenido. Las mejores vibraciones proceden de Alemania y Reino Unido, primera y tercera economía del bloque. El PIB de ambos países se expandió el 0,7% en el segundo trimestre de este año gracias al buen comportamiento de todos los sectores, una circunstancia que no se producía desde 2011. En la zona euro, la evolución de los socios es desigual, pero una encuesta de Bruselas acaba de confirmar la sustancial mejoría de la confianza de los consumidores durante el verano.

El motor alemán cada vez ruge con más fuerza. Tras un inicio de año lleno de dudas por la profunda crisis de la moneda única, Berlín vuelve a perfilar su músculo económico. Ayer, la Oficina Federal de Estadísticas desmenuzó con más detalle el crecimiento del 0,7% registrado entre abril y junio. La cifra se conoció la semana pasada, pero faltaban por concretar las causas del fuerte rebote. Como se esperaba, una de las palancas de la reactivación fue el acelerón de la construcción después de un largo invierno que provocó muchos retrasos. La buena noticia es que el empujón asociado a la meteorología también se vio apuntalado por una fuerte inversión de las empresas en maquinaria y equipos.

Pese al creciente optimismo de las firmas germanas, los expertos aguardaban con especial atención el dato referente a la demanda interna. Su evolución no dejó lugar a las dudas. Incluso, superó ampliamente al peso de las exportaciones y se convirtió en el principal pilar del crecimiento. A justo un mes para las elecciones generales, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ya habla de revisar al alza las perspectivas de expansión de este año, fijadas en el 0,5%. La buena salud de la economía se refleja en la solidez de las cuentas públicas. Berlín cerró el primer semestre del ejercicio con un superávit del 0,6%. Uno de los factores que contribuyó a este resultado fue la caída en los intereses pagados por la deuda, convertida en refugio durante la crisis.

Reino Unido también disfruta de un verano plagado de datos esperanzadores. El último guiño se conoció ayer con el incremento de la tasa de crecimiento del segundo trimestre. En un principio, la subida del PIB se estimó en un 0,6%, pero la Oficinal Nacional de Estadísticas lo elevó al 0,7%. Al igual que ocurre con Alemania, la lectura más positiva es que la expansión afectó a todos los sectores de la economía, basada tradicionalmente en el consumo. La reactivación se notó en la inversión de las empresas, la producción industrial y la construcción. Hasta se registró un acelerón en las exportaciones, un ámbito que no ofrece excesivas alegrías al país. Ahora, se pronostica que la recuperación podría tomar velocidad y completar el año con un ascenso del 1,1%.

Duda francesa

Con Berlín y Londres prácticamente encarrilados, la duda estriba en si Francia repuntará con lo suficiente fuerza. Entre abril y junio sorprendió con una expansión del 0,5%, pero se teme que sea coyuntural. Estos recelos tomaron más cuerpo el jueves con la difusión del prestigioso índice PMI, una encuesta realizada a miles de empresas europeas por la firma Markit. El resultado del sondeo reveló que la confianza todavía no ha prendido lo suficiente en la economía gala, aunque también se especula con el impacto de factores estacionales. Pese a este tropiezo, la valoración conjunta de la Eurozona resultó muy esperanzadora con un ascenso de la actividad mucho más elevado de lo previsto. Ya se encuentra en niveles de 2011 con perspectivas de crecimiento.

Los datos positivos se completaron ayer con el índice de confianza de los consumidores articulado por la Comisión Europea. Según este indicador, la percepción de los hogares se situó en agosto en los -15,6 puntos, dos enteros menos que en el mes anterior. Aunque todavía no ha alcanzado la media histórica del bloque, la curva refleja una fuerte recuperación desde la primavera que se ha intensificado durante el verano. También se observan avances en los socios de un tamaño más modesto. En Bélgica, el sentimiento empresarial ha escalado hasta el nivel más alto en 18 meses.