Miembros de los Hermanos Musulmanes, durante la rueda de prensa ofrecida ayer en El Cairo. :: YOUSSEF BOUDLAL / REUTERS
MUNDO

Una pirámide repleta de relevos

La estructura de la Hermandad, acostumbrada a operar en la clandestinidad, permite reemplazar sus piezas con rapidez

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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La hermandad funciona como un sistema piramidal de siete escalones que parte de las calles de Egipto y se eleva peldaño a peldaño al barrio, ciudad, provincia y país hasta llegar al Guía supremo o Al-Morshed. El grupo mínimo de trabajo es la 'osra' o familia, cuatro o cinco personas que se juntan en una misma calle o bloque de vecinos para hablar y reflexionar.

El primer órgano con capacidades administrativa y consultiva ('shura', o consejo), es la 'shoaba', una especie de oficina de barrio que se forma cuando se junta un número superior a setenta hermanos. Tras la revolución de 2011 muchos egipcios perdieron el miedo y se acercaron a la hermandad por lo que aumentó la cifra hasta 150 personas. Hombres y mujeres se reúnen en 'shoaba' diferentes. Debido a la fuerte presión de las autoridades la mujer ha estado al margen de los puestos clave de la hermandad, pero con la nueva situación los responsables consultados aseguran que irán ascendiendo en los escalones del organigrama.

Los hermanos empiezan a aportar dinero en este nivel y dedican una media del 5% de sus ingresos al grupo, el 60% de lo recaudado se queda en el barrio y el resto se entrega a la oficina de la ciudad, siguiente escalón de la pirámide. También se aceptan donaciones personales. En esta oficina se repite el esquema de dos departamentos, uno administrativo y otro de 'shura' o consejo.

El siguiente paso lo forman las delegaciones provinciales, treinta entre las 27 gobernaciones de Egipto, de las que saldrán elegidos los representantes en la gran shura.

Su ideología se ha extendido por todo el mundo y cuentan con organizaciones afines en 75 países. No hay coordinación administrativa entre ellas, pero las directrices espirituales parten del Consejo del Guía de Egipto. Luego en cada país la cofradía forma sus propios partidos, con nombres distintos, y adapta su política a las circunstancias correspondientes. Es el caso de Túnez, donde el partido de la hermandad, En Nahda, ganó las primeras elecciones libres tras la caída de Zine el-Abidine Ben Ali, y desarrolla una política específica para las necesidades de su país.