Economia

Vuelve el pesimismo a la Bolsa y el Tesoro coloca la deuda con holgura

Los inversores recogen beneficios y temen que la Reserva Federal decida retirar los estímulos el próximo septiembre

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los nervios vuelven al mercado de valores, donde la racha compradora se ha cortado abruptamente. Suele ocurrir en la frontera de los 8.800 puntos, evocan los expertos. Contrasta esta evolución con la actitud de los inversores en deuda, que ayer martes demandaron letras del Tesoro en abundancia, y aceptaron obtener por ellas una rentabilidad menor. El Ibex 35 de la Bolsa española apenas salvó el listón de los 8.500 enteros, para cerrar en 8.502 unidades tras perder el 1,79%. Las ventas de títulos bancarios ejercieron fuerte presión, si bien ningún título del índice se libró de teñirse de rojo. En las dos jornadas transcurridas de la semana este indicador ya acumula un descenso del 3,6%, en el que los analistas ven una corrección lógica tras el fuerte tirón de sesiones precedentes. Gracias a los anteriores avances, aún conserva una ganancia anual del 4,1%.

Pero los expertos no pierden de vista motivaciones de mayor calado. Entre ellas, que la Reserva Federal pueda acordar el próximo septiembre la retirada de los estímulos que este banco central aplica a la economía norteamericana, unas compras de bonos con las que afianza su crecimiento. El contenido de las actas de la última reunión de su directorio puede dar pistas al respecto.También desalentaron a los inversores las declaraciones del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y sus alusiones a un nuevo programa de asistencia para Grecia, lo que equivale a sugerir la necesidad de un tercer rescate.

Las principales plazas europeas terminaron sus operaciones ayer martes con pérdidas. Lisboa retrocedió el 1,47%, Milán cedió el 1,41%, París cayó el 1,35% y Francfort descendió el 0,79%. Más moderada fue la caída de Londres, donde el índice Financial Times de los cien principales valores apenas retrocedió el 0,19%. Los parqués asiáticos se habían llevado la peor parte: la bolsa de Tokio cerró con una fuerte caída de 2,63% debido a la certeza de los operadores de que la Fed va a ajustar la política monetaria y el mercado bursátil de Hong Kong terminó con descenso del 2,28%.

El nuevo episodio de desconfianza en la banca española se relaciona con el repunte de su tasa de morosidad y con la exigencia impuesta a las entidades, que han de concluir la reclasificación de créditos refinanciados antes del 30 de septiembre. Después vendrá otra recapitalización, consecuencia del requerimiento de mayores provisiones. Sin olvidar la recomendación del Banco de España para que moderen el reparto de dividendos en efectivo.

Entre los valores bancarios del Ibex, Popular cedió el 4,89%, Banco Sabadell retrocedió el 4,59%, CaixaBank se dejó el 4,02%, Bankinter cayó el 3,59%, Santander bajó el 2,19% y BBVA perdió el 1,35%. Los analistas recuerdan, por otra parte, que bancos como Sabadell, Bankinter y Popular han protagonizado una carrera fuertemente alcista, con revalorizaciones superiores al 30% desde mediados de julio. También en el caso de las constructoras, al rally desarrollado durante el verano ha seguido una severa corrección. Sacyr perdió este martes el 6,38%, pero aún atesora un alza en torno al 70% desde comienzos del año.

Corto plazo

La prima de riesgo de España, diferencial entre la rentabilidad requerida por las obligaciones del Estado a diez años respecto al bono alemán del mismo plazo, trepó durante la jornada bursátil desde los 252 a los 263 puntos básicos. Esta tensión del mercado secundario no se había reflejado, por la mañana, en la subasta de letras a 6 y 12 meses, en la que el Tesoro colocó 4.147,84 millones, una cantidad superior al objetivo propuesto, establecido en una horquilla entre 3.000 y 4.000 millones.

Junto a una elevada demanda de los inversores que solicitaron títulos por valor de 9.628,57 millones (2,32 veces lo adjudicado), la puja se saldó con rebajas de tipos en ambos plazos. En las letras a 6 meses, los inversores pidieron 3.941,23 millones de euros y se adjudicaron 1.336,22 millones a un tipo marginal del 0,850%, frente al 0,968% de la subasta del 16 de julio. En los títulos a 12 meses se registraron peticiones por 5.687,35 millones, el doble de lo adjudicado, con un tipo marginal del 1,278%, inferior al 1,520% de la puja precedente de este mismo plazo.

Los analistas destacan que el Tesoro no suele tener dificultades en su colocación de títulos a corto plazo, que incluso en los momentos de mayor tensión se han visto favorecidos por una holgada demanda. Reconocen que la actuación de los gestores, aunque ha engrosado el endeudamiento en términos absolutos, se ha anticipado a dificultades futuras. Hasta la fecha se han captado 92.782 millones en deuda a medio y largo plazo, un 76,5% de los 121.300 millones de la emisión prevista para todo el año. A cierre de julio, el coste se situaba en el 2,68%, por debajo del 3,01% registrado a finales del ejercicio 2012.