Los pescadores no estarán «quietos» aunque «cueste sangre»

Los pescadores gaditanos se reservan la carta de convocar nuevas protestas contra las autoridades gibraltareñas que, según denuncian, vertieron 70 bloques de hormigón en aguas de la bahía de Algeciras con el único objetivo de impedirles faenar donde siempre lo han hecho, lo que hasta el momento les ha causado unas pérdidas de 1,5 millones.

El patrón mayor de la cofradía de La Línea, Leoncio Fernández, instó a los Gobiernos de Madrid y Londres a alcanzar un acuerdo, «ya que son ellos los que deben actuar». De no hacerlo las autoridades, Fernández advirtió de que los pescadores no se quedarán «quietos» aunque «cueste sangre». El patrón mayor también denunció la actitud de la policía de la colonia el pasado domingo, cuando impidieron el paso a medio centenar de embarcaciones que querían protestar en las aguas donde se han colocado los bloques de hormigón: «Nosotros acudimos a una concentración pacífica y ellos se comportaron muy mal. Nos insultaron y hay barcos que resultaron dañados».

Las autoridades gibraltareñas, que vienen insistiendo en que los bloques de hormigón tienen como único objetivo resguardar el medio marino, aseguraron ayer que en la zona donde se vertieron las infraestructuras artificiales solo faenaba un barco español, con lo que rechazó que su decisión haya podido perjudicar a toda la flota de La Línea. En cualquier caso, desde el Peñón se destacó que los pescadores pueden desarrollar su labor en aguas gibraltareñas siempre que lo hagan respetando su legislación. Es decir, renunciando a la pesca de arrastre que es la que desarrollan los barcos de La Línea.

En una entrevista publicada por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, acusó al Gobierno español de haber forzado el conflicto, ya que «es obvio que quiere distraer la atención de sus propios problemas de escándalos de corrupción y dinero negro».