La industria reaviva las dudas sobre la recuperación real de la economía
El sector acumula ya 28 meses de caídas y ha perdido un 30% de su producción desde 2007, porcentaje que se duplica en los bienes de consumo
MADRID. Actualizado: GuardarAhora que las miras del Gobierno, el Banco de España, las empresas y los economistas están más puestas en cuál será el ritmo de crecimiento que logre la economía nacional en los próximos años, y si será suficiente para consolidar la recuperación y evitar una recaída, los malos datos del sector industrial han reavivado las dudas sobre si la salida de la recesión no será en falso.
Y es que los datos resultan preocupantes. La producción industrial ha disminuido un 30% durante los últimos cinco años de crisis. De hecho, el índice que maneja el INE (IPI) cayó a su valor más bajo entre marzo y abril de 2012, con una caída del 10,5% (-8,4% una vez corregidos los efectos de cambio de calendario). Ya encadena 28 meses consecutivos sin crecer y cuando lo hizo, a principios de 2011, fue sólo el final de una serie de fuertes altibajos que mantuvo desde febrero de 2010.
En la primavera de este año se atisbó una cierta estabilidad, aún en números rojos, pero fue solo un espejismo. Y si nos adentramos en cada segmento, algunas caídas son mucho peores. Destaca el descenso del 60% sufrido en la producción de bienes de consumo duradero (coches, viviendas, muebles, electrodomésticos...) entre principios de 2007 y finales de 2012, junto a las bajadas del 40% en los bienes de equipo (maquinaria, herramientas, vehículos...) y del 35% en los intermedios (materias primas, combustibles...).
Todo ello, además, en una línea más descendente que en las principales economías del euro, donde incluso la producción industrial alemana ha llegado a superar sus niveles precrisis y la francesa va camino de hacerlo mientras consolida la recuperación de su sector. Según un reciente informe del Banco de España, parte de la explicación de ese comportamiento diferencial reside en que en la economía española la construcción «actuaba como una fuente de demanda de productos industriales, arrastrando a su vez a otros segmentos». Por eso, añade, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria «ha provocado más retroceso».
La otra razón que justificaría esa mayor caída española hay que buscarla en el descenso del consumo privado y de la inversión en bienes de equipo, unida a la pérdida de 20.000 millones de euros de financiación desde 2008 (sin contar la construcción). Frente a ello, y ya en positivo, las exportaciones de manufacturas aumentaron un 8,5% en España entre 2007 y 2012, algo menos que en Alemania (+10,5%), aunque por encima de lo que lo hicieron en Francia (+6,5%) e Italia (+4%).
Efecto arrastre
La industria es, de hecho, responsable del 91,5% de las ventas al exterior de bienes españoles, con el citado efecto arrastre a otros sectores: por cada euro que aumenta su demanda final, se genera una subidas tres veces mayor en la producción total de la economía nacional. Asimismo, casi la mitad de su gasto (49%) se realiza en actividades de investigación y desarrollo (I+D), amén de generar 2,4 millones de empleos, el 83% de ellos indefinidos.
La parte negativa es que son 960.000 empleos menos que antes de la crisis -un recorte desconocido desde finales de los años 70- y que, restados los trabajos vinculados a la construcción, el total de puestos descendería a 2,1 millones. Algo parecido pasa con el valor añadido bruto (VAB) de la industria (energía incluida) que, según la patronal, cerró 2012 en el 16,9% -la mitad que en los 80-, lejos del 26% de Alemania y menos que la media europea (19,3%).
Tampoco es positiva la evolución de la cifra de negocios y el índice de entrada de pedidos. En ambos casos, tras fuertes caídas en 2009 (del 21,4% y el 22%, respectivamente), la industria parecía recuperarse a buen ritmo en 2010 y 2011 (con tasas de crecimiento de entre el 5% y el 6,5%). Sin embargo, 2012 fue claramente malo (descensos de entre el 1,5% y el 2,5%) y lo que llevamos de 2013 (primer semestre) marcha casi peor, con un recorte del 2% en el primer caso y del 3,7% en el segundo.
Desde la CEOE reclaman al Gobierno «mecanismos» que ayuden a 'engordar' las empresas industriales porque su reducido tamaño (el 99,9% son pymes) es «un factor perjudicial para su competitividad». Otros problemas añadidos son que el uso de la capacidad productiva del sector apenas alcanza el 71%, 10 puntos menos que la media europea, y que el 65% de la actividad (136.000 sociedades) se concentra en las ramas de bajo o medio contenido tecnológico. Sólo el 4% de las compañías produce bienes de elevada tecnología, lo que explica que la productividad haya crecido en España tres veces menos en la zona euro.