ESPAÑA

La amenaza Bárcenas

La posibilidad de que el extesorero se dedicara durante cuatro años a grabar sus conversaciones con dirigentes del PP a modo de 'vendetta' mantiene en vilo a todo el partido

MADRID. Actualizado: Guardar
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¿Tiene el Luis Bárcenas grabaciones de sus conversaciones, en directo o telefónicas, con dirigentes del partido? Solo el extesorero, y quizás su abogado Javier Gómez de Liaño, saben si existen. Pero ese fantasma en el Partido Popular se aparece por las noches y no deja conciliar el sueño a todas las personas que tuvieron contacto con el exsenador en los últimos años. «Aunque no tenga relevancia penal, un comentario desafortunado grabado tiene un efecto devastador. Una grabación puede acabar con toda una carrera política», admiten en Génova 13, donde la paranoia crece al calor de las amenazas, más o menos veladas, del entorno del imputado, que parece hasta disfrutar agitando a este espectro que trae de cabeza a toda la formación.

Los temores a esas grabaciones o revelaciones similares por parte de Bárcenas siempre han existido en el seno de los populares, aunque el miedo aumentó cuando el juez Pablo Ruz mandó a la cárcel al extesorero el pasado 27 de junio. La respuesta del imputado fue airear dos semanas después los famosos SMS que se intercambió con Mariano Rajoy, incluso cuando ya se sabía que Bárcenas tenía dinero en Suiza.

Pero esta semana, el miedo se ha tornado en pánico tras conocer el interrogatorio de Javier Arenas. El ex secretario general andaba negando a medias la reunión que habría mantenido el viernes 14 de diciembre de 2012 en un restaurante de Sevilla con Luis Bárcenas, en la que, según este último, habría avisado al partido de que en breve Suiza iba a confirmar a la Audiencia Nacional que tenía varios depósitos millonarios en aquel país. Fue entonces cuando Gómez de Liaño advirtió a Arenas de que su cliente tenía «soporte documental» de aquel encuentro. El silencio se hizo en la sala. El vicesecretario se revolvió en su silla y empezó a ser más concreto, aunque dijo no recordar el contenido exacto de aquel encuentro. Luego, Arenas directamente se fue a la sede de Génova 13.

¿Un eufemismo?

Gómez de Liaño, más allá de admitir que Bárcenas conserva los billetes de AVE, no ha querido confirmar qué entiende por «soporte documental», pero en el PP temen que sea solo un eufemismo para referirse a grabaciones. En el partido ven a ahora a Bárcenas «capaz de todo», incluso de haber copiado la táctica de José Luis Peñas, el concejal de Majadahonda que se dedicó durante semanas a grabar sus conversaciones con Francisco Correa. Unas cintas que a la postre fueron la génesis de todo el 'caso Gürtel'.

Y lo cierto -lamentan en el PP- es que el extesorero tuvo tiempo, oportunidad y todo tipo de facilidades para rumiar su particular venganza contra el partido y ejecutar su plan de grabaciones, a modo de salvoconducto para el caso de que su fortuna estuviera en peligro.

Tal y como recuerdan varios dirigentes populares, Luis Bárcenas se movió libremente por la sede nacional de Génova 13 durante casi cuatro años cuando ya sabía que estaba en el punto de mira: desde que en febrero de 2009 el entonces juez Baltasar Garzón le señalara por primera vez hasta enero de 2013 cuando finalmente se le prohibió entrar en el edificio y se clausuró sus despacho de la tercera planta, coincidiendo en el tiempo con la llegada de la comisión rogatoria de Suiza que descubrió su fabulosa fortuna oculta.

En esos cuatro años -apuntan diversas fuentes del partido- el extesorero se movió con total impunidad por Génova 13 y mantuvo encuentros (casi siempre comidas o cenas) con más de una decena de miembros del partido. Muchos con Arenas, la persona designada por Rajoy para mantener el contacto con el imputado, pero «también con muchos otros políticos populares». Entre ellos, el propio presidente del Gobierno, con quien se encontró en la sede, en una reunión en la que también estuvieron presentes la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias, y el propio Arenas, y en la que se pactó que siguiera cobrando del partido. «Obviamente nadie cacheaba a Bárcenas en busca de micrófonos cuando entraba a Génova para verse con cualquier dirigente o cuando concertaba una comida», apuntan responsables de la formación.

Copiar estrategia

En el PP se teme que Luis Bárcenas se dedique a hacer una copia de la estrategia de otro famoso imputado, Diego Torres. El exsocio de Iñaki Urdangarin, incapaz de defenderse de las acusaciones, se ha dedicado durante meses a airear mails que no han mejorado en nada su situación procesal, pero que han empeorado la del yerno del Rey, empañado la imagen de la Monarquía y han tenido en vilo a la mismísima Casa Real.

«Esos eran unos mails con escasa transcendencia jurídica o penal pero de efectos devastadores. Da miedo solo imaginar los efectos políticos que pueden provocar unas grabaciones aunque no tengan trasfondo penal. Ninguna conversación privada aguanta la prueba del algodón», explican responsables de la formación, cada vez también más intranquilos por la insistencia de la defensa de Bárcenas de reclamar careos entre el imputado y algunos de los máximos dirigentes del PP. «Esos careos podrían ser una plataforma para dejar en evidencia días después a cualquiera con un documento o una cinta», se lamentan estas mismas fuentes.