El desastre ecológico acecha la Amazonía
Ecuador se propone la explotación petrolífera de la zona de mayor biodiversidad del mundo, ante la falta de apoyo internacional
Actualizado: GuardarEcuador ha dado por concluida su propuesta de mantener fuera de la explotación petrolífera el territorio con mayor biodiversidad del mundo, según las instancias científicas. El presidente, Rafael Correa, ha cancelado su iniciativa Yasuní-ITT, ambicioso proyecto destinado a preservar la riqueza natural del parque del mismo nombre enclavado en la Amazonía. El dirigente había planteado su conservación a cambio de una dotación económica internacional de 3.600 millones de dólares (2.710 millones de euros), a recibir a lo largo de trece años. El fideicomiso creado a tal fin por Naciones Unidas tan sólo consiguió recaudar 13,3 millones en depósitos, mientras que otros 116 han quedado como compromisos sin materializar. El área, Reserva de la Biosfera, comprende 982.000 hectáreas y se halla situada a unos 300 kilómetros al este de Quito. Además, el territorio es el hogar de los tagaeri y los taromena, los últimos pueblos no contactados del país latinoamericano.
«El mundo nos ha fallado», aseguró el jefe del Ejecutivo, en una alocución divulgada por televisión y radio el jueves. «El factor fundamental en el fracaso es que el mundo es una gran hipocresía y la lógica que prevalece no es la de la justicia, sino la del poder», arguyó en su intervención. Tras justificar el final de la moratoria, Correa señaló que los trabajos en el campo Tiputini, comprendidos en la fallida iniciativa ambientalista, comenzarán en las próximas semanas. El primer bloque de explotación afectará unas 200.000 hectáreas, aunque Correa ha prometido que se aplicarán sistemas de control y fiscalización para una supervisión que, ha admitido, «será difícil, pero no imposible» y «afectará a menos de un 1% del parque».
Las organizaciones ecologistas reaccionaron inmediatamente con concentraciones en el entorno del Palacio Carondelet, sede gubernamental, que reclamaban una consulta popular. La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) ya ha solicitado el apoyo ciudadano para salvaguardar el hábitat de las tribus amenazadas y también se han levantado voces de antiguos colaboradores del régimen como Roque Sevilla, responsable de la comisión técnica del proyecto Yasuní-ITT, que ha señalado que la posibilidad de explotar la Reserva, siempre sobre la mesa, «desanimaba a los aportantes». El experto también descartó la posibilidad de que los pozos impliquen un «mínimo efecto», tal y como aventura el dirigente.
El Yasuní está recorrido por los ríos Titputini, Yasuní, Nashiño, Cononaco y Curaray, afluentes del Napo, a su vez tributario del Amazonas. Los expertos medioambientales apuntan, entre otros valores, que el área protegida reúne 150 especies de anfibios, 121 de reptiles, unas 600 especies de aves y, posiblemente, alrededor de 3.000 vegetales. El enclave cuenta con más diversidad de fauna que todo el continente europeo. Las encuestas nacionales divulgaron el pasado junio una encuesta que revelaba que el 93% de la población de Quito y Guayaquil, las dos principales ciudades del país, apoyaban la iniciativa conservacionista. Además, la república se vanagloria de poseer una Constitución 'verde' que protege su enorme riqueza natural.
El Gobierno estima que el crudo contenido en su subsuelo puede generar unos 18.292 millones de dólares (13.770 millones de euros), montante que, según Correa, servirán «para vencer la miseria, especialmente en la Amazonía ecuatoriana».