Reino Unido envía buques de guerra a Gibraltar en plena crisis diplomáticaBruselas prepara una misión a la verja
El Gobierno español desvincula la visita de las tensiones en el Peñón y Londres dice que son maniobras programadas desde hace meses Los expertos, con la anuencia de España, calibrarán si hay algún exceso en los controles de seguridad, que ayer provocaron nuevas colas
LONDRES. MADRID. Actualizado: GuardarEl Ministerio de Defensa británico confirmó ayer la inminente llegada a Gibraltar, coincidiendo con la crisis diplomática, de un buque de guerra de la escuadra de élite de la Real Marina, que partirá de Reino Unido el próximo lunes, día 12. La fragata HMS Westminster y otros dos barcos de apoyo anclarán durante tres días en el puerto del Peñón mientras el resto de la flota que compone el Response Force Task Group (RFTG) continúa la travesía hacia el Mediterráneo. El buque insignia, el porta-helicópteros HMS Illustrious, recalará además en Rota durante 24 horas. Los navíos asomarán por las costas españolas en un plazo estimado de dos semanas.
La operación militar, denominada Cougar 13, forma parte de un extenso ejercicio de maniobras que Londres calificó ayer de «rutinario». «El despliegue ya rutinario y planificado desde hace tiempo demostrará una vez más la habilidad del RFTG para operar como una fuerza de reacción rápida en representación del Reino Unido. Subraya además la flexibilidad y el alcance global de nuestra modernizada Armada», señaló el ministro de Defensa, Philip Hammond.
El envío de la fragata Westminster coincide con la petición de apoyo militar que el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, dirigió a Londres hace tal solo dos días. En una entrevista con el diario 'The Telegraph', Picardo recordó la «larga y estrecha relación» del Peñón con la Marina británica e hizo hincapié en que todos los gibraltareños «estaremos encantados de acoger la fragata HMS Westminster de nuevo en el Peñón». El anuncio del inicio de las maniobras, con la recalada de tan prestigioso navío frente a las costa españolas, llega además horas después de que el primer ministro, David Cameron, pidiera calma para resolver el conflicto de los últimas semanas.
Un portavoz del Ejecutivo británico aseguró ayer que el despliegue, incluido el desvío hacia Gibraltar de la fragata, se planificó con mucha antelación y no responde a los eventos en torno a la controvertida construcción del arrecife frente a la costa gibraltareña. «Es una coincidencia que las maniobras arranquen al calor de los recientes problemas políticos. El año pasado también enviamos busques a Gibraltar y este año se seleccionó el HMS Westminster», señaló el representante de Defensa. Cougar 13 tiene capacidad para cumplir un amplio rango de misiones. En maniobras por el Mediterráneo, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico, entre otros focos de su extenso itinerario, marcará su relevancia en operaciones dirigidas a disuadir ataques de flotas enemigas, proteger la seguridad marítima, colaborar en acciones internacionales y apoyar la estabilidad regional. Es la tercera vez que una flota del RFTG emprende ejercicios marítimos de gran escala. «El objetivo es demostrar la habilidad de operar una fuerza marítima efectiva en cualquier parte del mundo para proteger los intereses de Reino Unido», afirma el comunicado del ministerio de Defensa. La flota, que izará anclas el lunes en distintos, puertos británicos incluye cuatro buques de guerra y seis escuadrones del Ejército de Aire.
Confirmación española
Desde los ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores españoles ayer se confirmó que Reino Unido, a través de su embajada, ha pedido la entrada de uno de sus portaaeronaves junto a sus barcos de escolta en el puerto gaditano de Rota en el marco de una operación de entrenamiento aliado. Una vez abandonen la costa gaditana la fuerza naval británica pondrá rumbo a Malta.
Como es habitual en estos casos, Madrid dio su permiso inmediato para que el buque insignia de la Royal Navy se refugie en el enclave español, no solo como gesto a un país aliado sino porque además Rota es un puerto de la OTAN, lo que obliga a responder afirmativamente a las peticiones de este tipo de la alianza. Acerca de la posibilidad de que algún buque del convoy de guerra británico ponga rumbo a Gibraltar, fuentes oficiales del Gobierno se limitaron a afirmar que desconocen la ruta que tomarán los efectivos de la Royal Navy.
En cualquier caso estas mismas fuentes rechazaron que una visita de este tipo pudiera estar vinculada con la actual crisis diplomática en torno al Peñón al tratarse de unas maniobras planificadas desde hace meses. No parece de esta forma que el Ejecutivo vaya a emitir ningún tipo de queja en caso de producirse un atraque en Gibraltar, lo que ya ocurrió en las dos maniobras Cougar realizadas en 2012 y 2011.
Ninguno de los dos casos precedentes produjo fricciones diplomáticas entre Madrid y Londres. De esta forma, ambas partes insistieron ayer en revestir de normalidad las maniobras.
'Paso inocente'
Desde el Ministerio de Defensa español se confirmó que de querer atracar en Gibraltar la marina británica no tiene obligación de hacer una petición oficial a España. La única alerta que deberían emitir en este caso es el denominado 'paso inocente', un aviso de navegar con intenciones pacíficas que los países aliados se realizan entre sí por cortesía cuando atraviesan zonas cercanas a las aguas de uno u otro.
Los que no podrán desplazarse al Peñón serán los barcos que hagan primero la parada en Rota. Un convenio firmado entre ambos países prohíbe que ningún barco británico que parte de un puerto español podrá hacer a continuación escala en la colonia y viceversa.
España ha dado el visto bueno para que la Unión Europea envíe en una fecha indeterminada de septiembre una «misión técnica» a la frontera con Gibraltar para comprobar si los controles de seguridad en la verja que aplica el Gobierno de Mariano Rajoy, y que se han incrementado durante la presente crisis diplomática, se adecúan o no a la normativa comunitaria.
Esta comisión de expertos sustituirá las reuniones que en principio propuso Bruselas con representantes españoles y británicos para tratar de reconducir las fricciones entre ambos gobiernos debido al endurecimiento de los controles españoles contra el contrabando, una respuesta a la medida unilateral del Ejecutivo de la colonia de obstruir con bloques de cemento los caladeros en los que pescan los barcos de La Línea y Algeciras.
El grupo de expertos seguramente también tratará con los técnicos españoles otras cuestiones como la amenaza lanzada por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, de imponer una tasa de hasta 50 euros por entrar o salir de España desde el Peñón si el Ejecutivo de la colonia no da marcha atrás y, entre otras cosas, retira los bloques de cemento.
Lo cierto es que, pese a la breve conversación mantenida el miércoles entre Rajoy y su homólogo británico, David Cameron, que pareció encauzar el arreglo de los distintos contenciosos hacia la negociación diplomática de sus respectivos ministerios de Exteriores, las colas de hasta más de dos horas en la verja continuaron ayer, para desesperación de los miles de personas que pasan a diario esta frontera.
El Gobierno español volvió ayer a reafirmar por boca del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, que «nuestra voluntad de diálogo con todos los países aliados continúa», al tiempo que recordó que siempre han resuelto por esta vía las diferencias con Gran Bretaña. No obstante, añadió que «nunca relajamos nuestra capacidad y nuestra responsabilidad de defender la seguridad y los intereses de los españoles».
La Corte de Magistrados de Gibraltar, por otra parte, condenó ayer a 1.388 euros de multa a cada uno de los tres pescadores españoles capturados mientras hacían contrabando de tabaco.