Los inquilinos de Las Américas, 5 viven «con miedo» por el estado de los pisos
Exigen a Suvipuerto las obras comprometidas hace años para corregir los defectos originados en el inmueble por los años y el efecto de las mareas
Actualizado: Guardar«Vivimos con miedo». Son palabras de Eduardo Cías, presidente del bloque de la avenida de Las Américas, 5. El inmueble, de propiedad municipal, presenta graves defectos como consecuencia del paso del tiempo y del desgaste producido por las mareas. Hace casi 50 años, las viviendas se levantaron en «plena marisma».
El bloque está compuesto por ocho viviendas, construidas hace 43 años para acoger a «los maestros» que daban clase en el colegio Sericícola, con el que comparte parcela. «Esta zona siempre ha sido marisma y sigue siéndolo, como se ve en la parte de atrás de las vías», afirma el representante vecinal, que subraya que ya «cuando se levantaron hubo problemas en las construcciones del entorno con las mareas, porque se llenaban de agua los ascensores».
El edificio, propiedad de la empresa municipal Suvipuerto desde que en 2005 el Ayuntamiento firmó un convenio con el Gobierno central, «es una de las partes más antiguas». Cías indica que «en aquella época hicieron mal el fondo de respiración de los pilares, que fue sellado, por lo que al subir los niveles de las mareas y al estar en la marisma, han estado constantemente con agua».
Ahora en verano la situación no es tan acusada, aunque los pisos de la planta baja tienen levantado el suelo. «En invierno, los que viven en el bajo no pueden estar descalzos, porque filtra el agua», reseña Eduardo. El bloque tiene, sobre todo, «problemas de cimentación y de bóvedas».
Según destaca el portavoz vecinal, existe un informe técnico que data de 2006, en el que se dice que con los desperfectos que presentaba el edificio, «al no haber síntomas agregados, podía durar diez años». Cías recalca que «los tres arquitectos con los que he hablado aseguran que es una reparación de urgencia», al tiempo que da «gracias a Dios» por lo «bien construido» que está el inmueble, ya que «si en 2006 daban diez años, ¿cuántos quedan?»
Curiosamente, fue una obra acometida «por un vecino del bajo» la que puso de manifiesto el estado de la construcción. «Al descarnar las paredes se encuentra con los pilares desgastados». El arreglo que se hizo entonces fue «meter una varilla de acero, una pasta y volver a cerrar». Eduardo Cías critica lo que considera una dejadez del Ayuntamiento. Y es que en 2009 los vecinos enviaron un escrito al alcalde, como presidente de Suvipuerto, ya que el que «se mandó a Suvipuerto y Antonio Jesús Ruiz, como vicepresidente, ese mismo año, se nos devolvió, aprobando la obra del bloque para efectuarla lo más rápido posible, pero pasado mediados de 2013 aún estamos esperando». El presupuesto rondaba los 100.000 euros.
A la espera de que «el proyecto que se ha quedado sobre la mesa» se acometa, los vecinos reconocen que «no sabemos qué hacer, porque estamos viviendo con miedo».
Problema con Suvipuerto
El presidente del bloque de avenida de Las Américas, 5 apunta que los vecinos están decepcionados con Suvipuerto. Y es que los inquilinos no entienden que no se actúe para corregir las deficiencias de las viviendas cuando «pagamos la renta municipal».
Actualmente, cada una de las ocho familias que viven en el edificio abona entre 140 y 160 euros en concepto de renta de alquiler. Una cantidad a la que habrá que sumar «el IBI cuando se renueven contratos y una subida del 67% de la renta». En el caso de Eduardo, jubilado, la cuota «pasaría a casi 300 euros», en unas viviendas de ámbito social. «No sé qué de social tiene esto».
Cías reseña el hecho de que «el seguro comunitario también nos lo cargaría a nosotros. Suvipuerto tiene todos los derechos y las obligaciones de pago de cargos las tenemos los vecinos». Un modo de proceder que, indica, «por la ley de arrendamiento urbano es legal, porque nos pueden pasar el IBI y subir el alquiler, pero como empresa municipal y la situación actual, ni es justo, ni ético, ni moral». Y eso, recalca, se repite en cada una de las 311 viviendas sociales de titularidad municipal que hay repartidas por la ciudad.
De cara al futuro, los inquilinos dicen que «nos vemos con las manos cogidas». La «única» medida que pueden asumir es «dar la vara» con la Coordinadora de Arrendatarios de Viviendas Municipales, «porque no hay medios económicos para denunciar». La mayoría de las familias «tienen a sus miembros en paro o cobrando 426 euros».
Los afectados instan al Ayuntamiento a dar una solución a su problema. «La justificación de que no hay dinero no me vale, porque pueden emplear lo que recaudan del alquiler para la reparación, como dicen los estatutos de Suvipuerto», concluye.