PREMIOS Y TROFEOS
Actualizado: GuardarNo hace mucho tiempo jugar el Trofeo Carranza estaba considerado como un premio. Un premio para uno de los mejores clubes del mundo, que siempre participaba con la ambición de ganar y llevar así a sus vitrinas un puntito más de prestigio. Un premio para un equipo internacional, casi siempre sudamericano, que llegaba a Cádiz con la ilusión de dar la sorpresa como equipo y cazar algún traspaso en España con sus máximas figuras o jóvenes talentos. Un premio para el anfitrión, que afrontaba la cita como una de las más importantes de la temporada, consciente de que no había mejor manera de ganarse a la afición que dándolo todo.
Lo que hemos visto este verano con el Trofeo Carranza no puede ni debe repetirse. Un torneo que termina de configurarse a tres semanas de que ruede el balón, en el que existe la sensación de que se ha instaurado el 'todo vale' con tal de vender entradas y que no le falte el aderezo a los pinchitos que se sirven posteriormente en la noche de las barbacoas. Favoritos que prometen una cosa y hacen otra, que se pasean en chanclas reservando jugadores y fuerzas para mejores envites; equipos que no saben o no contestan cuando se les pregunta por un posible interés en participar en el llamado Trofeo de los Trofeos; un equipo anfitrión que siente, pero no padece, superado por una polémica tanda de penaltis que muchos ni la esperaban y por el primer equipo africano que participa en la Tacita de Plata, posiblemente el único que se llevó premio y no el gran trofeo en esta ocasión. Porque los premios, como los trofeos, no siempre se lo llevan los mejores. A algunos les cuesta más que otros. Algunos hacen más méritos que otros. Algunos los desean más que otros. Algunos se lo trabajan más que otros... Ahora es a los organizadores del Trofeo a los que les toca trabajar para recoger premios en el futuro.