El presidente electo de Irán recoge el testigo antiisraelí de Ahmadineyad
Medios persas provocan la reacción de Tel Aviv al incluir por error entre las palabras de Rohani un llamamiento a «eliminar» el Estado hebreo
Actualizado: GuardarEn apenas 24 horas terminará de forma oficial la era de Mahmud Ahmadineyad y dará comienzo la de Hasán Rohani al frente de la presidencia de Irán. El 'Día Internacional de Al-Quds' (Jerusalén), instaurado por el imán Jomeini y que se celebra el último viernes del Ramadán, fue el anticipo del traspaso de poderes que puede representar un cambio en las formas, pero que mantiene intacto el sentimiento antiisraelí, uno de los pilares de una república islámica que desde su nacimiento, en 1979, se niega a reconoce la existencia del Estado hebreo. «La ocupación de las tierras santas de Palestina y Jerusalén es una vieja herida en el cuerpo del mundo islámico», aseguró en la gran manifestación de Teherán Rohani, para quien esta jornada «sirve para recordar que la población musulmana no olvidará el derecho histórico y resistirá ante la tiranía y la ocupación».
Esta fue la cita textual del mandatario, según el servicio en persa de la cadena británica BBC, donde no se recoge que esa «herida» deba ser «eliminada», tal y como añadió la agencia Isna provocando la inmediata respuesta de Tel Aviv. Para el primer ministro hebreo, Benyamin Netanyahu, «esto es lo que este hombre piensa y es lo que el régimen iraní planea hacer», por lo que «no se debe permitir que una nación que amenaza con destruir al Estado de Israel pueda hacerse con armas de destrucción masiva».
La agencia Fars recogió esta polémica, que tildó de «manipulación» y que supone una presión añadida para el nuevo presidente que, sin haber empezado todavía a trabajar oficialmente, ya tiene en contra a Israel y a Estados Unidos, cuya Cámara de Representantes aprobó el jueves nuevas sanciones contra las exportaciones del crudo iraní.
Sujeto a la incertidumbre
El margen de maniobra y de reformas de Rohani dependerá también de la actitud de Occidente respecto a Irán y los sectores ultraconservadores no se cansan de repetir estos días que la república islámica fue incluida en la lista del 'eje del mal' del entonces presidente de EE UU George W. Bush durante la etapa del reformista Mohamed Jatami, el mandatario que situó a Rohani al frente de la negociación nuclear y que aceptó suspender el enriquecimiento de uranio para ganarse la confianza internacional.
El malentendido causado por las palabras de ayer de Rohani, matizadas también por canales oficiales como PressTV, cadena en inglés del régimen, no se reprodujo cuando le llegó el turno a Ahmadineyad, que mantuvo el tono beligerante que le ha caracterizado durante los últimos ocho años. «Juro por Dios que hay una tormenta en camino que arrasará las bases del sionismo», anunció el mandatario saliente, que tachó de «sionistas» a «todos los líderes políticos de Europa y Estados Unidos».
Sus dos legislaturas han estado marcadas por los avances en la carrera nuclear y la recuperación de los valores revolucionarios que llamaban a «borrar a Israel del mapa», una frase literal del imán Jomeini que ha repetido en numerosas ocasiones y que Tel Aviv vincula con su supuesto plan para hacerse con armas nucleares, algo que el Organismo Internacional de Energía Atómica no ha podido corroborar hasta el momento.