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Berlusconi se echa al monte

Los cargos de su partido anuncian que dimitirán si el presidente italiano, Giorgio Napolitano, rechaza indultar al condenado Llama a los suyos a forzar «elecciones para ganarlas»

ROMA. Actualizado: Guardar
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Con cínica amargura, el periódico de su hermano anunciaba ayer que el condenado por evasión fiscal Silvio Berlusconi no daría pistas a sus enemigos sobre sus próximos pasos. Pero por la tarde, en una reunión con diputados y senadores del Pueblo de la Libertad (PDL), la cerrada y larguísima ovación de los suyos en pie llevó al magnate a pedirles que se planteen «lo antes posible las elecciones para ganarlas». «¿Justicia?», se interrogó. «Es un palabra que se usa en exceso».

El efecto de la confirmación por el Tribunal Supremo de la condena por defraudar decenas de millones mientras era primer ministro de Italia no pudo ser más inmediato. Antes, a medianoche, ya se había producido la dramática aparición en Rete4, uno de los canales de su imperio Mediaset, en la que volvió a lamentarse por lo que considera una persecución de jueces comunistas. Nueve minutos de alocución en los que los analistas echaron de menos algún mensaje de apoyo al frágil Gobierno que el PDL comparte con el Partido Demócrata (PD) del primer ministro, Enrico Letta. Y los más malpensados entrevieron amagos de llamamiento al voto futuro de esos «diez millones de italianos» que, según 'Il Giornale', comparten la condena del patrón.

Las filas del PDL no pudieron aparecer más prietas al recibir a un líder que ha sufrido un serio revés, percibido por Berlusconi con especial incredulidad por ser su primer tropiezo verdadero con la Justicia en una trayectoria de veinte años plagados de procesos y escándalos. Pero distintos observadores de la convulsa vida política italiana coinciden en subrayar que 'Il Cavaliere' no está ni mucho menos vencido.

Es cierto que la Policía ya le ha retirado el pasaporte, que en unas semanas perderá su condición de senador y que en los seis próximos años tendrá prohibido votar y, para él peor aún, ser candidato en unos comicios. Una ley aprobada el año pasado por su sucesor al frente del Gobierno, Mario Monti, impide la presencia en el Parlamento de condenados a más de dos años de prisión. Pero su potencial desestabilizador permanece intacto.

Mantener la mayoría

Pudo comprobarse en la reunión con sus fieles del PDL. Capitaneados por el ministro de Interior en el Gobierno de Letta, Angelino Alfano, diputados y senadores se aprestaron a poner su cargos a disposición de la tarea más urgente para ellos en este momento: restablecer el honor del líder. Los cargos del partido de Berlusconi anunciaron que dimitirán si el presidente de la República, Giorgio Napolitano, rechaza indultar al condenado. Una medida que la formación de centroderecha equipara con «la defensa de la democracia en nuestro país».

La estabilidad del Ejecutivo italiano, con sólo tres meses de azarosa andadura, se ve de nuevo amenazada, ya que necesita especialmente a los senadores del partido de Berlusconi para mantener la mayoría absoluta en la Cámara alta y avanzar en el proceso de reformas y en la salida de la crisis económica.

Mientras crece la convulsión política, se supone que 'Il Cavaliere', al que la edad libra de la cárcel, debe comunicar en un mes cómo quiere cumplir la condena: si con trabajo social o en arresto domiciliario en una de sus cuatro residencias: el paraíso sardo de Villa Certosa; Villa San Martino, el reino del 'bunga bunga' cercano a Milán; su casa del Lago de Como o el romano Palazzo Grazioli.