Buñuel, aniversario contra el olvido
Los críticos denuncian el deficiente conocimiento de su legado y la ausencia de su filmografía completa en DVDA treinta años de su muerte, reivindican la pervivencia del potente y provocador genio del cineasta español más apreciado e internacional
Actualizado: GuardarMuchos españoles nacidos en 1983, año de la muerte de Luis Buñuel, quizá no han visto una película completa de aquel genial aragonés tozudo, provocador, sordo de conveniencia y amante del Dry Martini que cambió la historia del cine. Francia y México reconocieron antes el talento del primer cineasta español premiado en Hollywood... ¡bajo enseña gala! España no cuenta hoy ni con toda su filmografía en DVD ni con una biografía de referencia. Las teles programan con cuentagotas las películas de quien conformó con sus amigos Lorca y Dali el trío áureo de la cultura española del siglo XX. A tres décadas de su muerte, el olvido se cierne sobre su potente genio, según denuncian críticos y cineastas reunidos en un curso universitario en torno al autor de 'Un perro andaluz', 'El ángel exterminador', 'Viridiana' o 'Belle de Jour'.
Guardianes de su memoria como Manuel Hidalgo, Román Guberm o Fernando Lara denuncian el injusto olvido y lamentan el desconocimiento de su legado. Recuerdan a los más jóvenes que Buñuel fue el primer español en el Olimpo del séptimo arte, un genio único capaz de evolucionar del surrealismo a la implacable crítica moral y arriesgando siempre movido por obsesiones como el sexo, la religión y la muerte, presentes en las treinta películas de su etapas española, mexicana y francesa.
Hijo de un indiano, Luis Buñuel Portolés nació en la localidad turolense de Calanda en 1900. Su estricta educación en los jesuitas está en el origen de su temprano anticlericalismo. La desahogada economía familiar le permitió trasladarse a Madrid y caer en 1917 en la Residencia de Estudiantes, brillante e insólito experimento pedagógico donde su vida se cruza con las de Salvador Dalí y Federico García Lorca, amistades determinantes.
Más interesado por el boxeo y los burdeles que por los libros, acabó Filosofía y Letras antes de viajar a París, la meca de la cultura de la época. Allí ingresó Buñuel en la Academia de Cine mientras zascandileaba como director artístico en modestas producciones y crítico cinematográfico. Con Dalí escribe en París el guion de 'El marista de la ballesta', estrenada en 1929 como 'Un chien andalou' ('Un perro andaluz'), todo un hito del surrealismo. La escalofriante imagen de la navaja rasgando un ojo femenino bajo la luna -qué él mismo empuñó- o el cadáver de un caballo bajo al tapa de un piano escandalizaron a unos y convencieron otros de la genialidad de Buñuel, que asistió al estreno escondido y con los bolsillos llenos de piedra para repeler previsibles ataques.
En 1930 hace gala de mismo afán provocador que marcaría su carrera con 'L'age d'or' ('La edad de oro'). Su furibundo ataque a la Iglesia católica irritó a la extrema derecha francesa y la película estuvo prohibida en Francia hasta 1981. De vuelta a España explora la vía documental y vuelve a herir sensibilidades con 'Las Hurdes, tierra sin pan' (1933), descarnado testimonio del secular atraso y la miseria en la comarca extremeña que prohibiría el Gobierno de la Segunda República.
Huyendo de la guerra saltó a Estado Unidos. Logró un empleo alimenticio en la cinemateca del MoMA y un contrato como director de doblaje para la Warner en Nueva York. Incómodo con el trabajo y empeñado de volver a rodar se traslada México en 1946. Encadenó un puñado de títulos memorables, encargos muchos infiltrados por su genial su impronta, como Los olvidados (1950), 'Él' (1953), 'Abismos de pasión' (1954), 'El río y la muerte' (1955) 'Nazarín' (1959) o 'El ángel exterminador' (1962) y la muy irreverente 'Simón del desierto' (1965) con Silva Pinal.
La inopinada permisividad de Franco le permitió rodar aquí 'Viridiana' en 1961 con Fernando Rey, Silvia Pinal y Francisco Rabal. Es Buñuel en estado puro, látigo de la burguesía y Iglesia, a vueltas con el deseo, la culpa, el sexo y la muerte. Un cambio en el final engañó a la censura, pero el régimen bramó cuando la cinta se alzó con la Palma de Oro en Cannes. Para alegría de Buñuel, provocó las iras del Vaticano, y fue prohibida en España. Regresó en 1970 para rodar la galdosiana adaptación de 'Tristana' y en la etapa de madurez llega en 1973 el Oscar 'francés' a 'El discreto encanto de la burguesía' con guion de Jean-Claude Carrière, aliado también en 'Belle de jour'. 'Diario de una camarera', 'Ese oscuro objeto del deseo', 'El fantasma de la libertad' y 'La vía láctea'.
Repite nominación en 1977 con 'Ese oscuro objeto de deseo'. Ya con producción española, marcada por el escándalo y con un Fernando Rey a quien replican las jovencísimas Carole Bouquet y Ángela Molina. Es la última cinta de Buñuel, que murió en México hace hoy 30 años.