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Mucho más que una acogida

Javier y Selma comparten experiencias vitales este veranoDori Ramírez cuenta cómo es la experiencia de ayudar a los menores saharauis que participan en el programa Vacaciones en Paz, de Amal Esperanza

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Dori Ramírez, junto a su marido e hijo, integran una de las siete familias de acogida que este verano hacen más llevadera la vida de más de 20 menores saharauis a través del programa Vacaciones en Paz, de Amal Esperanza.

Aunque ésta es la primera vez que abren sus puertas a Selma, un niño que tiene la misma edad que su hijo Javier, 9 años, ya cuentan con una dilatada trayectoria.

Cuatro niñas y tres niños han recibido su ayuda desde el año «1993 ó 1994». Dori apunta que se adhirieron al programa «de casualidad», a través de unos amigos. «Estábamos recién casados, y no teníamos niños, por lo que decidimos probar».

El resultado fue tan enriquecedor que repitieron en varias ocasiones. Algunos de esos menores que acogieron en esas primeras experiencias y con los que mantienen el contacto «tienen ya 30 años».

Reconoce que se mantienen como familia de acogida porque «es bonito ver las caras de satisfacción de los niños, lo que aprecian las cosas».

La crisis «es para todo el mundo», y pasa factura, pero ellos buscan la mejor de las soluciones, «compartimos». Por ejemplo, Javier comparte su ropa, y no ha dudado en destinar el dinero recaudado en su Comunión para «pagar parte del billete».

En la convivencia, Javier adquiere «valores que aquí se están perdiendo», asegura su madre. «Nosotros no solemos valorar las cosas, la comida, la ropa, los juguetes...», afirma quien cuenta todo con una sonrisa en la cara. La misma que tienen Javier y Selma, hermanos por unos días.