El PP andaluz pide elecciones anticipadas en contra del criterio de la dirección nacional

El arranque del presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, de pedir un adelanto electoral causó estupor en la dirección nacional del PP porque no tiene candidato y el partido está aún golpeado por la amarga victoria de marzo de 2012, cuando Javier Arenas aunque ganó no pudo gobernar. Todo ello sin contar el desgaste general que soporta todo el PP por las medidas de ajuste del Gobierno de Mariano Rajoy.

Zoido reclamó el anticipo de las elecciones autonómicas tras «la huida» de José Antonio Griñán por «la presión» del 'caso de los ERE' y ante el «estado general de corrupción» que vive Andalucía. «El PP ganó las elecciones, destapó el expolio de los ERE y está en condiciones de garantizar la estabilidad ante esta decadente situación», sostuvo el líder de los populares andaluces y alcalde de Sevilla.

Sus palabras causaron perplejidad en los despachos de la calle Génova 13 de Madrid. La estrategia diseñada por la dirección nacional pasaba por la crítica a Griñán por su renuncia y achacar la misma a la causa de los ERE. Pero en ningún caso pedir un adelanto electoral. El PP prevé elegir su candidato para Andalucía a fines de este año y una convocatoria ahora de los comicios trastocaría todos los planes.

El PP carece de candidato para medirse con la socialista Susana Díaz, y de los nombres que se mencionan buena parte no quiere ni oír hablar de esa posibilidad. El exministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, aspira a irse a Bruselas ya sea en la candidatura al Parlamento europeo en mayo próximo o en alguna cartera de la Comisión Europea; la titular de Empleo, Fátima Báñez, tampoco está disponible y, además, encuentra resistencias en el PP andaluz; el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, se mostró ayer «seguro» de que no va a ser el candidato; el propio Zoido ha dicho que ser alcalde de Sevilla colma sus aspiraciones; el secretario general del partido, José Luis Sanz, y la delegada del Gobierno, Mari Carmen Crespo, no gozan del visto bueno de la dirección nacional.

Pero el problema del PP, admiten fuentes de este partido, no es solo de candidato, es la propia situación interna del partido, todavía bajo el impacto de la inútil victoria de Arenas y a la defensiva ante el impacto social de las medidas de ajuste del Gobierno de Rajoy.