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Merkel descansa antes de la batalla

La canciller se escabulle del escándalo del espionaje, promete que no subirá los impuestos y se va de vacaciones antes de la campaña electoral

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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La canciller alemana, Angela Merkel, ha pasado de lidiar con la crisis del euro y las duras críticas a su férrea política de austeridad a tener que encarar espinosos frentes abiertos dentro de su país, como el espionaje masivo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos. Sin embargo, parece que su arte para ir capeando temporales sigue intacto.

No hay nada que valore más un alemán que su privacidad. Las largas décadas en las que los ciudadanos tuvieron que soportar la violación sistemática de su esfera personal por los servicios de seguridad del país -desde la época nazi hasta la República Democrática Alemana (RDA)- los han vuelto muy celosos a la hora de preservar su intimidad. Merkel es muy consciente de ello y del efecto negativo que puede tener en las urnas el escándalo de las escuchas. La información va saliendo con cuentagotas y cada vez más documentos apuntan a la connivencia del Gobierno de Berlín.

Pero la canciller lo niega todo y promete llegar al fondo del asunto. En la Cancillería esperan que el temporal escampe y que otros temas ocupen la actualidad aunque, antes de irse de vacaciones, la jefa del Gobierno tuvo que enfrentarse a un aluvión de preguntas en la tradicional rueda de prensa del verano ante más de 200 periodistas.

«Quien haya venido aquí con la esperanza de obtener una explicación de todo esto quedará defraudado. Seguimos trabajando para averiguar qué ha pasado y poder llegar a explicarlo todo», declaró nada más comenzar, con la esperanza de apaciguar a los informadores. Merkel pidió tiempo y reconoció que aún es incapaz de esclarecer por qué la NSA llegó a interceptar más de medio millón de comunicaciones cada mes en Alemania. La oposición utilizará el escándalo del espionaje para socavar el apoyo en las urnas a una Merkel a la que acusa de haber quebrantado su juramento de velar por los derechos de los alemanes.

«Los temas que interesan»

La canciller y su equipo intentarán centrar la campaña en el euro, en el objetivo de que todo el mundo pueda tener un trabajo y en lograr una economía fuerte. «Estos son los temas que interesan a la gente y sobre los que quiero hablar las próximas semanas», declaró Merkel en una entrevista emitida ayer. La canciller obvió de manera deliberada el espionaje y prefirió insistir en que si sale reelegida no aumentará la presión fiscal. «Una subida de los impuestos es un error, da igual la que sea», dijo, rechazando las acusaciones del Partido Socialdemócrata (SPD), que le reprocha que haga campaña a golpe de talonario con promesas electorales «irrealizables», para las que tendría que elevar los tributos.

Promesas como aumentar la desgravación de las familias y las ayudas por hijo, introducir una pensión para las madres o mejorar la percepción por incapacidad laboral son algunos de los puntos que la política cristianodemócrata defenderá en su ambiciosa carrera hacia el tercer mandato, que desde mediados de agosto la llevará a participar en 60 actos en poco más de un mes.

Merkel se va de vacaciones con su marido Joachim Sauer -después de acudir mañana a la inauguración del festival wagneriano de Bayreuth- a andar por la montaña y recargar las baterías antes de su próximo mitin, el 14 de agosto. Una cita que afronta consciente de que a pesar de todos los escándalos sigue contando con el apoyo de los alemanes.