Griñán y Susana Díaz, en los exteriores del Parlamento andaluz el pasado 26 de junio. :: RAÚL CARO / EFE
ESPAÑA

Griñán: «Dimitiré a finales de agosto»

El presidente de la Junta de Andalucía anuncia hoy que deja el cargo para dar el relevo a Susana Díaz a principios de septiembre

MADRID / SEVILLA. Actualizado: Guardar
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José Antonio Griñán lo tiene todo decidido. El presidente de la Junta de Andalucía aprovechará hoy la ratificación de Susana Díaz como candidata del PSOE andaluz a la Presidencia del Gobierno autonómico para anunciar, según fuentes del partido en esta comunidad, su intención de dejar el cargo hacia el 26 de agosto. No convocará elecciones anticipadas. Si Izquierda Unida está dispuesta, y así parece, la consejera de Presidencia se sometería a la sesión de investidura a principios de septiembre, es muy probable que el día 2.

«Dimitiré a finales de agosto. El curso politico empieza en septiembre, y con la elaboración de los Presupuestos y la necesidad de hacer frente a la crisis hace falta que el Gobierno esté fuerte y no distraído en cuestiones de partido», declaró a este periódico el todavía presidente andaluz. De este modo, asegurada ya la sucesión en Susana Diaz, Griñán considera que «ya hay solución y no hay que retrasar el relevo». «Era necesario una sucesión rápida y una persona fuerte al frente de la Junta, y se ha conseguido con contundencia», añadió.

El presidente andaluz llevaba tiempo planeando su salida de la política y ahora que, gracias a la maniobra de las 'primarias exprés' ha conseguido lo que, en teoría, podía resultar más difícil, un apoyo sólido del partido en torno a su sucesora, que ha logrado incluso diluir a una buena parte del sector crítico, no encuentra razón para dejar correr más tiempo. Ayer, acompañado del número dos de su partido, Mario Jiménez, almorzó en Madrid con Alfredo Pérez Rubalcaba y la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, para explicarles sus planes.

Lo hizo casi al tiempo que el portavoz de su Gobierno, Miguel Ángel Vázquez, trataba de esquivar las preguntas de los periodistas al respecto y se agarraba a lo dicho por el propio presidente ante el Parlamento; esto es, que su «intención» era agotar la legislatura. Quizá el PSOE lo haga, pero lo que ya está claro es que no será con él al frente.

El anuncio de la marcha definitiva de Griñán, en la misma reunión del comité director que validará hoy el recuento de avales obtenido por Susana Díaz en el polémico proceso de primarias concluido el pasado fin de semana, llega así un día antes de que declare ante la juez de los ERE, Mercedes Alaya, el exinterventor de la Junta que acusó al presidente andaluz de no actuar ante las irregularidades durante su comparecencia en la comisión de investigación que puso en marcha la cámara autonómica el pasado año.

Griñan sostuvo en la conversación de ayer con este periódico que no teme a la jueza ni al interventor. «Alaya no me puede imputar, no tiene fuero para ello. Tendría que elevar el caso al Supremo si advierte delito y si no lo hace estaría prevaricando», dijo, y advirtió de que «si lo hace, el Supremo terminará con el caso en dos días».

«Alaya no es de esta guerra»

El presidente de la Junta de Andalucía considera que la postura del interventor no contiene indicios para su imputación y se mostró tajante: «Que la juez haga lo que quiera». Insistió en que su marcha no tiene relacion con el escándalo de los ERE fraudulentos. Tambien consideró descabellada la idea de que con su dimisión quiere evitar que el caso vaya al Supremo, pues se quedaría como diputado y sería juzgado como aforado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. «No tiene sentido, además, ojalá elevara la causa al alto tribunal porque se terminaba en seguida», en lugar de la prolongación actual del sumario.

En cualquier caso, Griñán insiste en que «Alaya no es de esta guerra», para recalcar que su decisión de irse de debe a motivos, sobre todo, personales, pero tambien politicos relacionados con la crisis del PSOE.

Una vez revelada su intención de no volver a ser candidato y hecha su afirmación de que era el momento de dar el paso a savia nueva, tenía poco sentido seguir. No en vano, cuando hizo el anuncio ya había diseñado su hoja de ruta.

Griñán se marcha con 67 años y cuando ni siquiera ha transcurrido un año y medio desde que formó Gobierno con IU tras unas elecciones que salvó por los pelos. Fue precisamente Susana Díaz la muñidora de los acuerdos con la coalición, por eso nadie prevé problemas para su investidura. Sobre todo porque IU considera que el pacto funciona bien.