Don Juan Carlos no lo puede todo en Marruecos
El monarca admite a los padres de acogida de niños marroquíes que el desbloqueo de las 'kafalas' aún tardará
MADRID. Actualizado: GuardarEl grito sonó desgarrador. Salía de una mujer incapaz de contener un minuto más la impotencia de saberse atrapada en una encrucijada imposible: o continúa en Rabat, cuando apenas tiene modo de estirar los días extra que ha ido arañando al trabajo a lo largo del último año, o abandona al bebé de 12 meses que lleva en brazos y al que ya considera su hijo. «¡Es nuestra única esperanza, por favor!», dijo desesperada al Rey.
La cuestión de las 'kafalas', las tutelas de niños en países islámicos que, en la práctica y pese a la ley marroquí, se habían convertido en muchos casos en adopciones puras y duras, parece estar, sin embargo, por encima de la estrechísima y especial relación entre don Juan Carlos y Mohamed VI. Es una cuestión sensible para el actual Gobierno de islamistas moderados en el que, según la diplomacia española, conviene actuar con pies de plomo.
El Rey aprovechó el martes su encuentro con el monarca alauí para abordar la cuestión. Pero no pudo dar buenas noticias al puñado de familias, de las 61 afectadas, que en la noche del miércoles se habían concentrado frente a la casa del embajador Alberto Navarro a la espera de su llegada y a las que, finalmente, se invitó a sumarse a la recepción ofrecida a la colectividad española. «Estamos en ello; hay que tener paciencia», les dijo. «Llevamos así un año y medio», replicó, agradecida pese a todo, una madre. «Y lo que llevará aún...», lamentó don Juan Carlos.