Economia

Draghi mueve ficha para que el crédito llegue a la economía real

La morosidad bancaria roza en España el máximo histórico y seguirá en aumento, mientras la financiación se reduce

MADRID. Actualizado: Guardar
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Suma y sigue. La morosidad bancaria prosiguió la escalada en España el pasado mayo, hasta representar el 11,21% de los créditos de las entidades, con incremento de cuatro décimas respecto a abril. Suben los impagados, mientras sigue cerrado el grifo de los préstamos. Como la sequía de financiación, y en particular los problemas que sufren las pequeñas y medianas empresas para obtener recursos, no son exclusivos de España, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha decidido mover ficha.

Sin asumir con ello mayores riesgos, el instituto emisor ha anunciado que va a suavizar las exigencias de garantías en sus operaciones de préstamo. Desvela que investigará «cómo catalizar las iniciativas recientes de las instituciones europeas para mejorar las condiciones de financiación de las pymes».

El BCE estudiará, en particular, «la posible aceptación como activos de garantía del Eurosistema de 'tramos mezzanine' de bonos de titulización respaldados por préstamos a pymes». La titulización consiste en la cesión a un tercero de un derecho de cobro y, en los productos de crédito estructurados o complejos, los tramos se clasifican en senior, mezzanine y equity. Los mezzanine son los intermedios: tienen una exposición al riesgo superior a los senior. Es decir, que, en caso de problemas, los propietarios de estos últimos recuperan antes el dinero.

El instituto emisor va a relajar además las condiciones en las que presta dinero a los bancos. Aceptará como garantía bonos de titulización de deuda con calificación crediticia de A simple de dos agencias, en vez de exigir que tengan triple A, como hasta ahora. También ha rebajado el recorte que aplica en estas operaciones, y argumenta que todo ello es posible por haber mejorado la transparencia de los productos. El BCE había elevado el descuento de los bonos de titulización en los momentos más delicados de la crisis de la deuda soberana.

Finalmente, el Banco Central Europeo amplía la lista de garantías aceptadas y endurecerá el control de ciertos bonos garantizados (cédulas hipotecarias y territoriales).

Más impagados

El 11,21% de morosidad alcanzado en el sistema crediticio español en mayo es un porcentaje es similar al de octubre del pasado año y roza el máximo histórico registrado en noviembre de ese ejercicio, cuando llegó al 11,38%. Fuentes del sector prevén que la tasa de mora no se detenga aquí, porque los bancos se están viendo obligados a reclasificar con mayor rigor los préstamos refinanciados. Además, las condiciones de los clientes, empresas y familias, no mejoran. El pulso de la actividad económica sigue muy débil y el panorama del mercado laboral no tiene visos de aclararse. La situación de paro es una de las principales causas de que los usuarios dejen de pagar los préstamos.

En nada ayuda la restricción crediticia. Los impagados pesan relativamente más cuando el volumen de préstamos está contenido o desciende. Al cierre de mayo, la cartera crediticia conjunta de bancos, cajas y establecimientos financieros de crédito (las 'financieras' que prestan para la adquisición de bienes de consumo duradero como coches, muebles y electrodomésticos) se había reducido a 1,519 billones, frente a los 1,536 billones del mes precedente. En los últimos doce meses ha sufrido una contracción del 12,7%.

Desde el estallido de la burbuja hipotecaria, la trayectoria de los créditos dudosos ha experimentado pocos alivios. Los más importantes, los descensos registrados en diciembre de 2012 y febrero de este año, respectivamente. Fueron en realidad artificios contables, porque respondieron al traspaso al banco malo o Sareb de determinados activos dañados de entidades nacionalizadas o receptoras de ayudas públicas. Un primer bloque correspondió a Bankia, Novagalicia Banco y Catalunya Banc. El segundo procedió de Banco CEISS, Caja 3, Liberbank y BMN. Aunque los créditos siguen impagados, ya no se computan en la estadística de morosidad que elabora el Banco de España.

El pasado mayo, el crédito dudoso -operaciones que acumulan tres cuotas consecutivas de impago- ascendió a 170.225 millones de euros, 3.138 millones superior al importe registrado en el mes de abril. Si se compara con un año antes, el incremento asciende a 14.254 millones. La progresión es igualmente notable en la tasa de morosidad, que ha aumentado más de tres puntos porcentuales en doce meses, a pesar del traslado a la Sareb.

Frente al deterioro de la cartera crediticia, las provisiones realizadas por las entidades han aumentado el 0,75% en apenas un mes, y ya se elevan a 116.004 millones de euros. Voluntarias, en algún caso, y obligadas en otros, estas dotaciones cubren el 68,1% del importe de los créditos dudosos y han aumentado el 32,8% respecto a doce meses antes.