Reixa, apartado de la SGAE
El artista gallego dice ser víctima de «una lucha de poder que va más allá de lo legítimo» en la que ve «la sombra del pasado» La mayoría de la directiva respalda su destitución por llevar la entidad «a la quiebra»
Actualizado: GuardarPoco más de un año ha durado el sueño de Antón Reixa (Vigo, 1957) como cabeza visible de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Una encarnizada lucha de poder entre los gremios mayoritarios de la SGAE -autores y editores- se sustanció ayer en un virulento duelo que hizo rodar la cabeza de Reixa. La junta directiva de la entidad de gestión de derechos sentenció la salida de Reixa como presidente una vez que 25 de sus 39 miembros votaron en contra de su continuidad. Reixa se marcha acusado por algunos de sus compañeros de «fracturar» la entidad y «conducirla a la quiebra» con su errática gestión.
Doce vocales votaron a favor de la permanencia de Reixa y hubo una abstención en una votación a la que se llegó tras un tenso e intenso debate de casi cuatro horas en el que se sucedieron las cargas contra la cuestionada gestión de Reixa, incapaz de restablecer la maltrecha imagen de la entidad. El defenestrado dijo sentirse víctima de «una lucha de poder que va más allá de lo legítimo».
Hasta septiembre la SGAE no tendrá nuevo presidente. Será entonces cuando se fije la fecha de la votación en la que el candidato mejor colocado parece ser José Miguel Fernández Sastrón. Entretanto, asume la presidencia de forma interina el cineasta Miguel Hermoso, el vicepresidente de más edad de la actual directiva, según establecen los estatutos.
«En la SGAE hay una lucha de poder que va más allá de lo legítimo», se aprestó a declarar Reixa al conocer el resultado de la votación que truncaba su mandato y antes de que concluyera la asamblea que debía abordar otros asuntos fijados en el orden del día. Ya destituido, Reixa dijo sentir «preocupación, agradecimiento y alivio por abandonar este edificio diabólico». «Soy una víctima del fuego cruzado de una red organizada y de algo que en la vida política se llama transfuguismo», aseguró, reiterando haber sentido «la sombra del pasado» en «la confluencia de intereses de los nostálgicos del pasado y los ambiciosos del futuro». Reixa aludía así a la etapa de liderazgo de Eduardo Bautista, imputado por la Audiencia Nacional por una batería de irregularidades contables y apropiación indebida durante su larga gestión entre 1995 y 2011. Su mandato acabó hace algo más de dos años con la irrupción de la Guardia Civil en el Palacio de Longoria, el palacete modernista sede de la SGAE.
Músico, escritor, cineasta y excantante de 'Os resentidos', Reixa anticipó que permanecerá en la junta directiva de la sociedad. Cree que su forzada salida de la presidencia de la SGAE se debe a que puso sobre el tapete la dudosa práctica de «la rueda de las televisiones», que habría permitido que una docena de autores hubieran recaudado más de 25 millones de euros en apenas cinco años. El 'truco' pasa por falsear la autoría de la música que se interpreta en los programas televisivos nocturnos, de forma que los verdaderos creadores de la partitura, que pueden ceder un máximo del 50% de sus derechos, renuncian en realidad a otro porcentaje entre el 20 y 30, en favor de productores intermediarios que aparecen como coautores de las piezas musicales.
Desde mayo de 2012
Antón Reixa estaba al frente de la SGAE desde el 8 de mayo de 2012 tras conseguir que su candidatura, Autores Unidos por la Refundación (AUNIR), obtuviera la mayoría en las elecciones celebradas tras la caída del todopoderoso Eduardo Bautista. Reixa accedió a la presidencia con el apoyo de 24 de los 37 miembros de la junta directiva constituida tras las elecciones del 26 de abril de 2012.
Pero la mayoría de estos directivos, un total de 28, firmaron días atrás una iniciativa liderada por dos de los miembros de la candidatura de Reixa en las listas de la candidatura AUNIR para que la junta directiva debatiera la situación actual de la entidad y tomara medidas. Antonio Onetti, presidente de la Fundación Autor y uno de los cuatro vicepresidentes de la entidad, Fermín Cabal, remitieron una carta a la junta en la que pedían la dimisión de Reixa acusándole de «presidencialismo».
En sus poco más de catorce meses de duración, la presidencia de Reixa ha afrontado la fuerte oposición de algunos de los sectores que integran la SGAE, como la Asociación de Compositores y Autores de Música (ACAM). Este grupo reclamó formalmente el cese de Reixa aduciendo que él y su equipo de Gobierno «podrían haber llevado a la entidad a una futura quiebra técnica financiera», y generar la «fractura social total de la entidad».