ESPAÑA

El presidente no se plantea dimitir y dice que gobernará hasta el final de su mandato

Elude, una vez más, pronunciar el nombre del extesorero y avisa de que no saldrá a desmentir a diario «las afirmaciones de los actores del caso»

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Yo garantizo a los españoles que aquí hay un Gobierno estable que va a cumplir con su obligación». Mariano Rajoy dejó claro con esta respuesta que no dimitirá de su cargo y que acabará el mandato, pese a las peticiones de la oposición para que renuncie tras las revelaciones de Luis Bárcenas ante el juez sobre la supuesta existencia de una contabilidad B del PP y el cobro de sobresueldos por su parte, así como por su lugarteniente en el partido, María Dolores de Cospedal.

El presidente del Gobierno apenas sí respondió a las graves acusaciones que minutos antes de su comparecencia en la Moncloa junto al primer ministro polaco, Donald Tusk, vertió contra él Bárcenas ante el juez Ruz. Rajoy, una vez más, eludió pronunciar el nombre del que fuera gerente del PP durante más de 20 años y tesorero por decisión suya. Se refirió a él como «uno de los actores del caso».

Rajoy intentó ganar tiempo a la espera de que sus asesores jurídicos analicen con detalle las revelaciones de Bárcenas. Reconoció que, efectivamente, intercambió mensajes telefónicos con el extesorero, incluso después de que se conociera de que escondía más de 22 millones de euros en cuentas suizas. Fortuna que las investigaciones policiales han elevado a 48,2 millones,

Sobre los mensajes telefónicos publicados, aseguró que «lo único que hacen es ratificar que el Estado de derecho no se somete a chantaje y que las instituciones, administración de justicia, Policía Judicial y administración tributaria, han actuado, actúan y seguirán actuando con absoluta independencia». También negó que el Ejecutivo haya dado, o vaya a dar, algún «tipo de indicación» a los responsables de la investigación judicial para mejorar la situación procesal del ex jefe financiero de su partido. De hecho, recalcó que el juez, el fiscal, los policías y los inspectores de Hacienda son los mismos que comenzaron a investigar a Bárcenas desde el principio, es decir desde 2009, dos años antes de que el PP llegara al Gobierno.

Argumento

El argumento que emplea el jefe del Ejecutivo para no comparecer en el Congreso de los Diputados, como exigen el resto de grupos parlamentarios, tiene una vertiente personal y otra política. A su juicio, no se le puede pedir a un presidente del Gobierno que salga a la palestra a desmentir «un día sí y el otro también» los datos que aporten «los actores de este caso», léase Bárcenas.

Por otra parte, aseveró que ya había debatido con los grupos parlamentarios sobre el 'caso Gürtel' durante el Debate del estado de la Nación, que se produjo el pasado 20 de febrero, cuando solo se conocían las fotocopias de la presunta contabilidad B.

Rajoy intenta capear el temporal a la espera de que el verano apacigüe una polémica que, de momento, no cesa de crecer. Subrayó que «no va a consentir que sufran daños» la estabilidad política del gobierno, para lo que tiene el potente instrumento de la mayoría absoluta en el Congreso y el Senado, ni el programa de reformas. Por ello, abundó que continuará con la tarea que inició en diciembre de 2011 «sin pausas y sin vacilaciones, y que nadie piense que vamos a distraernos de nuestro propósito de transformar el país y de sacar a España -a la que calificó en varias ocasiones de país serio- de la crisis».

El presidente del Gobierno no se salió del guion en ninguna de las dos preguntas a las que respondió. En ningún momento negó de manera directa el cobro de sobresueldos, pero sí lo hizo de manera indirecta al retrotraerse en varias ocasiones a la intervención que realizó el 3 de febrero ante el comité ejecutivo nacional del PP. Entonces dijo que «ni había recibido ni había repartido» dinero negro «ni en el partido ni en ningún otro lugar», y se comprometió a hacer públicas sus declaraciones de la renta y el patrimonio, como hizo semanas más tarde.

Horas antes de la comparecencia de Rajoy, la vicepresidenta de Gobierno ya apuntó que la defensa de la Moncloa iría por poner en valor que la mejor prueba de que no ha habido pacto con Bárcenas era que el extesorero estaba en prisión.