El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se coloca las gafas durante la comparecencia de ayer tras el encuentro con su homólogo polaco, Donald Tusk. :: ÓSCAR DEL POZO
ESPAÑA

Bárcenas acusa a Rajoy de haber cobrado sobresueldos en negro entre 1990 y 2010

El extesorero afirma que el presidente y Cospedal aceptaron 95.000 euros de su mano cuando ya estaba imputado

MADRID. Actualizado: Guardar
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La amenaza se tornó realidad y Luis Bárcenas tiró de la manta. Lo hizo con saña contra dos nombres propios, a los que durante cinco horas de declaración en la Audiencia Nacional colocó en el centro de su diana, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal. A ambos acusó de haber cobrado de su propia mano 95.000 euros, en dos entregas en 2009 y 2010, cuando ya estaba imputado. El extesorero, que por primera vez en sede judicial admitió como suyos los 'papeles de Bárcenas', afirmó con rotundidad que el PP, al menos durante las dos décadas en la que él fue gerente y tesorero de la formación, pagó «compensaciones mensuales», eufemismo de sobresueldos en negro, a los presidentes, secretarios generales y vicesecretarios populares, así como a otros dirigentes de manera menos regular. Unas partidas que procedían de una caja B que se surtía en un 95% de las donaciones de empresarios afines al partido.

Entre los beneficiarios de esos pagos, explicó el imputado al juez Pablo Ruz, se encontraba Rajoy, quien en abril de 1990 fue elegido miembro de la ejecutiva del PP con el cargo de vicesecretario general. En esa fecha entró, según Bárcenas, en el grupo de dirigentes que cobraba sobresueldos de forma regular, con independencia de que ocuparan puestos en la Administración o solo en el partido. No obstante, en sus propios apuntes contables el nombre de Rajoy solo aparece como receptor entre 1997 y 2008.

Bárcenas afirmó que era siempre el secretario general el que decidía qué cantidad se entregaba a cada dirigente. Los pagos, dijo, se hacían regularmente, aunque siempre en función de la liquidez de la caja B.

El extesorero insistió en que durante las dos décadas que estuvo en labores financieras del partido ese sistema, que se instauró en la época de Rosendo Naseiro, a finales de los años ochenta, y que él «heredó» de Álvaro Lapuerta, se mantuvo invariable, hasta el punto de que nadie jamás lo cuestionó.

Dinero gallego

Ni siquiera Cospedal cuando llegó a la secretaría general en el verano de 2008. Es más, afirmó que la propia Cospedal, junto con Rajoy, cobraron de su propia mano 25.000 euros cada uno en marzo de 2010, solo un mes antes de que Bárcenas abandonara la tesorería del partido. Según el extesorero, en aquella última remesa de sobresueldos (procedentes de una devolución del PP gallego) entregó a ambos un sobre de color marrón con billetes de 500 euros. Al futuro presidente del Gobierno se lo dio en la sede nacional del PP, en la calle Génova 13 de Madrid, y a la secretaria general del partido en su despacho del Senado. Bárcenas, eso sí, admitió que no tiene un solo recibo de los pagos, ni de Rajoy ni de Cospedal ni del resto de dirigentes del PP ya que no se consideraba «caballeroso» exigir firma alguna.

En su afán por implicar al jefe del Ejecutivo y a la número dos del partido, Bárcenas refirió que Rajoy y Cospedal tampoco tuvieron problemas para embolsarse los restos que quedaban en la caja B al cierre de 2009. Según Bárcenas, él mismo enseñó la última hoja de la contabilidad en negro del partido a Rajoy al tiempo que entregaba el dinero que quedaba allí: 25.000 euros para Rajoy y 20.000 para Cospedal.

A su principal 'bestia negra', la secretaria general, la intentó acorralar con la ya famosa comisión de obras de Toledo. El extesorero entregó en la Audiencia Nacional un recibo de los 200.000 euros que, según dijo, entregó en 2007 al entonces gerente del PP en Toledo, Vicente Tirado, a cambio de una contrata de limpieza en el Ayuntamiento de esa ciudad cuando Cospedal era la presidenta del PP de Castilla-La Mancha. Contrato multimillonario que fue otorgado a la empresa Safi, filial de Sacyr Vallehermoso, cuyo presidente era entonces el también imputado Luis del Rivero.

Bárcenas solo hizo una excepción fuera del binomio Rajoy-Cospedal. Fue Federico Trillo, al que acusó de haber sido «compensado» por la pérdida de poder adquisitivo que le supuso salir de la Presidencia del Congreso para ocuparse de Defensa.

Según diversos abogados presentes en el larguísimo interrogatorio, el imputado fue muy esquivo a la hora de revelar nombres e implicar a otros altos cargos del partido. A pesar de que confirmó que todos los presidentes de la formación recibieron sobresueldos aseguró que él en persona jamás entregó sobresueldo alguno a José María Aznar. Tampoco Bárcenas quiso dar muchos nombres de donantes, aunque sí que identificó al empresario que en las elecciones de 2011 se puso en contacto con él, cuando ya no era tesorero, para donar 300.000 euros y que ese regalo llegara a oídos de Rajoy. Fue el presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir.

El extesorero afirmó que el PP fraccionaba esas donaciones que excedían el límite legal. Unas cantidades que una vez divididas para no superar el tope legal de 60.000 euros hasta 2007 eran ingresadas en diferentes depósitos en el Banco de Vitoria. El imputado llevó al juzgado varios justificantes de esos ingresos por donativos, que se hacían mucho más numerosos en vísperas de las campañas electorales. Aun así, rechazó que cada dádiva particular llevara consigo una adjudicación directa de una obra o un proyecto al empresario afín.

Según el extesorero, esa forma de financiación a través de donaciones opacas también se practicaba en las organizaciones territoriales del PP.