MUNDO

«Se oyó un estruendo y el edificio tembló»

Vecinos de las casas situadas alrededor de la estación y viajeros en tránsito describen con horror la violencia del accidente

BRÉTIGNY-SUR-ORGE. Actualizado: Guardar
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Francis es informático y vive en una casa con vistas a la entrada de la estación. Estaba con Christiane, su mujer, cuando oyeron «un ruido ensordecedor en dos etapas, primero el sonido de las ruedas de un tren raspando el lastre y después un crujido metálico». El Paris-Limoges acababa de descarrilar delante de su ventana. Se asomaron y vieron una lluvia de piedras cayendo sobre las calles de alrededor. «Incluso nuestro edificio tembló», reconoció al diario 'Libération'.

Una nube de polvo lo envolvió todo y cuando se disipó, tuvieron clara la gravedad de lo ocurrido. «Era una carnicería, y se oían los gritos de la gente». Francis salió de casa y subió al aparcamiento de la casa, «que está alto». «Allí vi claramente que el tren había empezado a descarrilar a partir del interruptor. Por debajo de este punto hay un paso subterráneo donde ha habido obras constantes desde que se excavó hace seis meses», apuntó antes de reconocer que es habitual oír «los trabajos por la noche».

Jean-Paul Martial, vecino del mismo barrio, describió como «un terremoto» la sensación que vivió dentro de su piso en el momento del accidente. Poco después empezaron a sonar las sirenas de bomberos y ambulancias, que «no pararon en hora y media».

En la misma estación, el desconcierto y el miedo eran enormes momentos después del accidente. El ruido, que los testigos describen como «un estruendo», y el polvo que lo llenó todo sembraron la confusión. El-Mehdi Bazgua, de 19 años, estaba dentro de otro tren, parado en el andén. Desde la ventana de su vagón vió «una nube de arena». «Después de un momento de pánico, todos salimos. Ví a un hombre apenas consciente, con el cráneo abierto». El joven relató a 'Le Parisien' cómo incluso había personas filmando lo que ocurría, «y un hombre herido se enfadó con ellos».

Espectáculo «apocalíptico»

Dos supervivientes, que viajaban en los vagones delanteros del tren accidentado, coincidieron en que «durante un minuto más o menos» hubo un zarandeo violento; luego, humo y gritos.

El alcalde socialista de Brétigny, Bernard Decaux, estuvo en contacto con los servicios de emergencia desde el primer momento. «Me han dicho que el balance puede ser muy duro; todo el mundo corre en todas direcciones, es el pánico, es un espectáculo apocalíptico», reconocía a 'Le Parisien' una hora después de ocurrir el desastre.