Diputados del Movimiento Cinco Estrellas protestan por el parón del Parlamento. :: REUTERS
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La ira de Berlusconi por su inminente sentencia logra cerrar el Parlamento

Consigue parar un día las cámaras como protesta tras forzar a la izquierda a apoyarle con la amenaza de hacer caer al Gobierno de Enrico Letta

ROMA. Actualizado: Guardar
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Otro día delirante de rutina en la democracia italiana. El líder de la derecha, Silvio Berlusconi, logró ayer parar el Parlamento y que Senado y Cámara de Diputados cerraran durante un día como protesta ante la sentencia que el 30 de julio decidirá si queda inhabilitado cinco años para la política. Lo consiguió con la amenaza de hacer caer el precario Gobierno de Enrico Letta si el Partido Demócrata (PD), su socio en este Ejecutivo forzado por las circunstancias, no suscribía su rabieta.

El centroizquierda tuvo que tragar, aunque al principio el magnate exigía tres días de cierre y negociaron dejarlo en uno. Que ya es bastante en un país que agoniza por la crisis y que no puede perder tiempo. Dejar el Parlamento como arma personal de los líos judiciales de Berlusconi marcó otra jornada negra de la historia reciente de Italia. Y puso en evidencia la debilidad del Gobierno, rehén de los prontos e intereses de su problemático socio.

El delito del Tribunal Supremo ha sido anunciar que anticipa al 30 de julio, sin dejarlo para el otoño, su decisión definitiva sobre el 'caso Mediaset', para evitar así que caiga en prescripción, ardid que ha salvado muchas veces a 'Il Cavaliere'. En este caso ya ha sido condenado dos veces por fraude fiscal por «su capacidad natural para delinquir» y, si se confirma la sentencia, al margen de una irrelevante pena de cárcel deberá dejar su escaño y no podrá presentarse a las próximas elecciones. En torno a esa decisión gravita toda la estabilidad política en Italia.

Fractura en el PD

Lo increíble de ayer no es tanto que el partido de Berlusconi, el PDL, se queje de que la Justicia haga su trabajo y pueda fallar que su líder es un delincuente, cosa ya demostrada en los tribunales. No es una sorpresa, en otro alarde de cinismo acusan a los jueces de dar un golpe de Estado y desestabilizar el país. Algo que forma parte de la retórica habitual del PDL.

Lo importante en realidad es que el PD, eterno rival de Berlusconi, apoyara en el Parlamento su propuesta de echar la persiana y avalara por primera vez sus demenciales ataques a la magistratura. Para salvar el Gobierno hizo posible la mayoría de escaños que aprobó una grave deslegitimación de la Justicia por parte de la política.

En el PD hubo de nuevo un fractura interna porque muchos no estaban de acuerdo y, naturalmente, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Beppe Grillo reaccionó en las cámaras con una sonada protesta. Se quitaron las chaquetas y las corbatas, hubo pitos e insultos. Llamaron de todo a los del PD, que probablemente con esta patochada sembró nuevas decepciones entre sus votantes e hizo otro regalo de votos a Grillo.

Lo ocurrido ayer es quizá la bajada de pantalones más sonrojante que el PD ha hecho con el controvertido líder de la derecha y demuestra hasta qué punto está en sus manos. Entre el calentón de Berlusconi y la rebaja de calificación de la agencia Standard & Poor's el Ejecutivo estuvo ayer temblando en el alero.

El secretario del PD, Guglielmo Epifani, tras votar con la nariz tapada advirtió que «los asuntos judiciales de Berlusconi y la acción de gobierno deben ser dos esferas separadas». «Si no, a fuerza de tirar de la cuerda se puede romper», avisó. Pero lo cierto es que tendrán que seguir tragando y 'Il Cavaliere' les quitará hasta el privilegio de decidir cuándo se acaba el juego.