ESPAÑA

Los ministros ponen la mano en el fuego por Rajoy, que pide «hablar de lo importante»

Cospedal amplía su demanda civil contra Bárcenas y Arenas y rompe su silencio para recalcar que el líder del PP es «intachable»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Tres días. Este es el tiempo que han tardado los ministros en salir en tropel en defensa del presidente del Gobierno. Esta estrategia de silencio, impulsada desde Moncloa, pretendía evitar alimentar la polémica suscitada tras la publicación de dos hojas originales de la presunta contabilidad b del PP en la que, además de dejar constancia de una supuesta financiación ilegal del partido, Luis Bárcenas habría anotado pagos opacos a Mariano Rajoy desde 1996 hasta 2003, es decir, durante todos los años que formó parte del Ejecutivo de José María Aznar.

Pero en esta ocasión, al Gobierno no le ha salido bien el ejercicio de ponerse de perfil. La negativa de los ministros a valorar públicamente esta información dejó el camino expedito a los dirigentes de la oposición para arremeter contra Rajoy sin apenas réplicas ni del Gobierno ni del partido.

Ayer, sin embargo, los ministros y los miembros de la cúpula popular pasaron de intentar esquivar a los periodistas a casi buscarlos para enviar un mensaje nítido a la opinión pública: que tanto el Ejecutivo como la dirección del PP ponen la mano en el fuego por Mariano Rajoy. Mientras tanto, el presidente del Gobierno, durante un acto en una factoría de automóviles en Zaragoza, eludió cualquier alusión al extesorero del PP. Rajoy, en un tono más apagado que el habitual, sí hizo una referencia a que en España «tenemos una cierta tendencia a contar las cosas que no son las mejores, y de vez en cuando tenemos que hablar de las cosas que son importantes», lo que se puede interpretar como el enésimo intento de evitar que el 'caso Bárcenas' marque la agenda política e institucional del país.

Tampoco faltan las teorías conspiratorias. Al amparo del recuerdo de los movimientos internos que buscaron poner fin al liderazgo de Rajoy en el congreso nacional que los populares celebraron en Valencia en 2008, voces del PP hablan de una operación para derribar a Rajoy, sobre todo tras pedir Esperanza Aguirre que si ha habido irregularidades en la financiación del partido «se reconozcan». Aguirre fue una de las dirigentes que amagó con disputar la presidencia del PP a Rajoy en 2008.

Alberto Ruiz Gallardón, sin citar de manera directa a Esperanza Aguirre y sin dar pábulo a esta supuesta operación para derribar al líder del Ejecutivo, auguró que jamás prosperará en España «cualquier intento que pueda existir de poner en cuestión la conducta del presidente del Gobierno». Para el ministro de Justicia, Rajoy es «un referente ético dentro del partido».

Más expeditivo aún se mostró José Manuel Soria. «Yo me fío plenamente del presidente del Gobierno y le puedo asegurar de manera muy rotunda que a mí, cuantas veces me pregunten, diré que sí pongo la mano en el fuego por Mariano Rajoy». Un argumento similar empleó Cristóbal Montoro en los pasillos del Senado, escenario donde solo un día antes se había negado a hablar de esta cuestión. «Pueden tener la seguridad de que tienen un presidente que es un político muy honrado y honesto».

El PP también dio un paso adelante. Javier Arenas, que igualmente aparece como presunto receptor de sobresueldos en los papeles de Bárcenas, rompió brevemente su silencio para calificar a Rajoy como «un presidente intachable en todos los sentidos» y para recalcar que «todas» las retribuciones que han percibido los dirigentes populares «han sido legales y han sido declaradas a Hacienda». Ni Arenas ni ningún otro mandatario del PP ha interpuesto demandas individuales contra Bárcenas salvo María Dolores de Cospedal. La secretaria general del PP, además, ordenó a sus abogados que amplíen esta acción judicial para incluir la referencia del extesorero al cobro de una presunta comisión ilegal de 200.000 euros por parte del PP de Castilla-La Mancha a cambio de una contrata de recogida de basuras en Toledo.

Floriano y la becaria

El escándalo Bárcenas se coló en los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid. Una estudiante alemana preguntó a Carlos Floriano, ponente en uno de los paneles en el que participaban muchos jóvenes simpatizantes del PP, por qué no explicaba nada de los papeles de Bárcenas. La lógica curiosidad de esta estudiante de periodismo no gustó al resto de sus compañeros de aula, que la abuchearon.