Manifestación en contra de los recortes en el CSIC el pasado 14 de junio en Madrid. :: A. NAVARRETE
Sociedad

El CSIC reclama al Gobierno otros 75 millones para llegar a fin de año

El mayor organismo de I+D+i de España cerrará unos veinte centros en agosto para ahorrar costes y otros estarán a medio rendimiento

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Los 25 millones solo han servido para estabilizar al paciente, realizarle las primeras curas y ganar tiempo para que se recupere. Pero esos meses de tranquilidad solo van a durar hasta que la canícula desaparezca. Entonces, los 13.000 trabajadores de los más de 130 instalaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se van a quedar sin dinero. El mayor organismo de investigación de España necesita otros 75 millones para cuadrar sus cuentas hasta el 31 de diciembre. Si no, se abre un «cataclismo», según advirtió el máximo responsable de la institución, Emilio Lora-Tamayo.

El presidente del CSIC explicó ayer que esos 25 millones -aprobados por el Ejecutivo dentro de un paquete de 104 millones destinados a I+D+i- servirán para pagar los gastos corrietes y las investigaciones en curos hasta octubre. Pero, después, es vital esa inyección. «Esos 100 millones nos permiten cerrar el año aproximadamente con la misma cantidad de las remanentes con las que empezamos el año», indicó Lora-Tamayo. Sin ese dinero, el CSIC tendría serios problemas en el futuro. «Si se acaba la gasolina, ¿hasta cuándo durará el coche? Pues depende de la velocidad que lleve», indicó el máximo responsable de la investigación en España.

No obstante, Lora-Tamayo se mostró optimista sobre la posibilidad de convencer al Ministerio de Economía y Competitividad para conseguir esa cantidad que tape el déficit previsto. «Sus palabras fueron que el CSIC tendría un mínimo de 75 millones. A esas palabras yo contesté, agradeciendo el esfuerzo ante esta situación, que la cifra necesaria era de 100 millones», relató el presidente del Consejo Superior.

A pesar de esta apremiante situación económica, Lora-Tamayo recalcó que las investigaciones en curso no han sufrido ningún recorte y que, por el momento, el CSIC está funcionando con los remanentes de la propia insitución que no estaban comprometidos para otras investigaciones. Además, el presidente del CSIC recalcó las medidas de austeridad aprobadas a principios de año para poder atajar una deuda que no ha sido contraída «por el equipo actual». Este plan de ahorro ya permitió ahorrar 60 millones durante el ejercicio anterior y otros 36 millones durante los primeros seis meses del año. Entre las actuaciones aprobadas están el cierre total de unos veinte centros durante el mes de agosto y el parcial de algunos otros, la cofinanciación de otros proyectos y la eliminación temporal de algunos programas, como las becas para la Junta de Ampliación de Estudios. De los 86 millones que había que pagar hasta 2016, el CSIC se ha ahorrado unos 50 millones.

Además, Lora-Tamayo indicó que el informe que se encargó a la Inspección General de Hacienda sobre el CSIC destacaba la excesiva burocracia y una inapropiada contabilidad. Por otra parte, el responsable del CSIC mantuvo un tenso encuentro con los directores y gestos de los centros donde se detallaron algunas fututras medidas y Lora-Tamayo intentó aclarar dudas sobre la situación económica del organismo.

Críticas de las sociedades

La situación crítica ha provocado la reacción airada de muchos investigadores, que incluso amenazaron con llevar a los tribunales los recortes de fondos, y de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce). «La crisis de CSIC es la crónica de una muerte anunciada», aseguró Carlos Andradas, presidente de esta organización, quien también denunció que el presupuesto de este año se redujo en diez puntos, presentándose como «un artificio contable porque esos fondos se recuperarían en las convocatorias de proyectos». «Ahora el Gobierno debe cumplir su palabra de no dejar caer el CSIC. Debe dar una solución estructural de modo que el año próximo no estemos en la misma situación», apuntó Andradas.

La Cosce, que aglutina a más de 50 sociedades científicas, advirtió que la situación del CSIC no es aislada y que afecta a todos los Organismos Públicos de Investigación (OPIS) y a otros departamentos dedicados a la investigación y el desarrollo científico. «Las convocatorias de 2013 no han salido. Simplemente el presupuesto no daba para ello. ¿Por qué se ha esperado hasta el 28 de junio para aprobar la partida de 104 millones de euros? ¿Por qué se espera a estar al borde de la quiebra para atender las necesidades del CSIC?», se preguntó ayer Andradas.

«Necesitamos planificación y estabilidad. Aunque sea para reestructurar, hace falta planificar. Evitar los efectos péndulo y trabajar con escenarios plurianuales fiables. Saber con qué se cuenta y que esos medios estén disponibles en tiempo y forma», pidió el presidente de la 'patronal' de sociedades científicas.