Sin liquidez y sin contratos
CÁDIZ Actualizado: GuardarLa supervivencia de Navantia depende de la financiación externa, ya que la compañía no podrá mantener su actividad con sus propios recursos. Es decir, la empresa, como ya dijo el presidente de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, durante su comparecencia en el Congreso, «ha entrado en un alarmante estado de deterioro de su cuenta de resultados, lo que va a provocar una erosión de su capital social». Esta frase tan técnica evidencia que la compañía no puede aguantar por más tiempo una situación como la que arrastra desde hace ya varios años y urge a la adopción de medidas económicas contundentes que ayuden a salvar los muebles y aportar liquidez.
No es descabellado, por tanto, que Navantia reduzca su capital social para compensar pérdidas. Este tipo de operaciones ya se han hecho con anterioridad. Así, en mayo de 2011, la junta de accionistas adoptó el acuerdo para pasar de 401 millones de euros de capital social a 226 y compensar con ello el déficit de otros ejercicios. La pregunta que se hacen ahora tanto en Industria como en Defensa es ¿hasta cuándo puede aguantar en esta situación de ahogo financiero?
El análisis del Tribunal de Cuentas sobre la fiscalización de los años 2006 a 2010 es demoledor. Las pérdidas «continuadas» sumadas al descenso de los excedentes de tesorería, lo reducido del patrimonio neto existente al final del periodo y la evolución decreciente de las ventas y la cartera de pedidos en esos años hacen aventurar unas «perspectivas negativas de la situación financiera de Navantia a medio y largo plazo», por lo que el Tribunal cree que es «probable» que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), su principal accionista, tenga que realizar «aportaciones de capital para compensar» esa reducción patrimonial.
Lo más grave de Navantia es que los contratos que puede firmar a medio plazo tampoco traerán la salvación a la compañía. La constructora está pendiente del concurso de Catar y de los movimientos en Arabia Saudí, además de la puerta que el consorcio Repsol-Gas Natural ha dejado abierta para la construcción de cuatro gaseros. De momento, uno de los acuerdos que ha atado es el mantenimiento en la Bahía de los cuatro destructores americanos que participarán en Rota en el escudo antimisiles