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Sarkozy vuelve a la política en defensa de una Europa a dos velocidades

El expresidente francés marca una hoja de ruta al centro-derecha galo en una episódica pausa de su retiro

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Nicolas Sarkozy volvió ayer a la vida política francesa de la que ha estado voluntariamente retirado tras su derrota en las presidenciales de 2012. Fue un regreso episódico, efímero y obligado por la reciente anulación de las cuentas de su campaña electoral que priva a la conservadora UMP de una subvención de 11 millones. Pero supuso un inesperado himno europeísta y una defensa de la idea de la Unión Europea a dos velocidades que ratifica su dimensión de líder natural del centro-derecha francés como alternativa a la izquierda gobernante.

«Este no es mi regreso a la política», puntualizó contra toda evidencia Sarkozy como preámbulo a su primer discurso interno desde 2007, cuando comenzó su mandato en el Elíseo. El expresidente reactivó su cuenta de Twitter, hibernada desde mayo de 2012, para dar a conocer algunos pasajes de una alocución pronunciada a puerta cerrada. De esta manera se supo que en realidad pergeñó una hoja de ruta a su partido centrada en la defensa del ideal europeo en un nítido desmarque de las tesis eurófobas del ultraderechista Frente Nacional.

«La solución es Europa. Si el euro explota, Europa y la paz explotan», proclamó antes de insistir en que «no hay una Europa sino que hay varias». «No hace falta la misma integración europea para los países que están en el euro y para los que no están. Hace falta un Schengen 2», planteó según diversas fuentes. A su juicio, la UE ejerce demasiadas competencias en campos «donde no tiene nada que hacer, que decir ni que aportar». «No se puede tener una Europa a 28, mañana a 32, 34 o 36. La Europa que se amplía debe reducir sus competencias y concentrarse en las esenciales», argumentó antes de insistir en la necesidad del liderazgo francoalemán para la buena marcha del euro.

Aportaciones deducibles

Aclamado por un centenar de simpatizantes, Sarkozy se despidió del partido que dirigió de 2004 a 2007 cuando está sumido en una grave crisis financiera. La UMP tiene hasta el 31 de julio para devolver el préstamo bancario de 10,691 millones contratado como anticipo de la subvención que esperaba recibir. Como el propio Sarkozy es avalista solidario, en el peor de los casos tendría que pagar de su bolsillo la factura si el partido no puede hacerlo.

Pero como la colecta organizada va viento en popa pues ya se han recaudado cerca de tres millones de euros el episodio amenaza con costarle caro al Estado. Los donativos no pueden superar 7.500 euros por persona y año por cada particular, incluido Sarkozy que ha firmado un cheque por ese importe. Cada aportación es deducible en la declaración de impuestos en un 66%, en el límite del 20% de la renta imponible. Por consiguiente, el contribuyente podría asumir unos siete millones de euros de la suma total.