La agitada búsqueda de una figura de consenso
Las evidentes fracturas entre salafistas y liberales complican las negociaciones de los líderes políticos para la formación del Gobierno
EL CAIRO. Actualizado: GuardarLa elección de un primer ministro en un Egipto tan dividido como el actual no va a ser nada fácil. El rechazo visceral que la corriente islamista egipcia manifestó el sábado hacia el liberal Mohamed el-Baradei, cuyo nombramiento como jefe del nuevo Gobierno interino no llegó a materializarse, pone de manifiesto las grietas dentro de la nueva coalición que ha arrebatado las riendas del país al despuesto presidente Mohamed Mursi con la ayuda de los militares.
Poner de acuerdo a facciones tan distintas como los salafistas de Al-Nur, los liberales del Frente de Salvación Nacional (FSN) y el propio Ejército requiere de compromisos y una visión de Estado de la que hasta ahora no han hecho precisamente gala las corrientes políticas egipcias. «Egipto necesita en estos momento un jefe de Gobierno que sea considerado neutral por todas las partes », plantea Emad Gad, analista del Centro de Estudios Político y Estratégico Al-Ahram. En opinión del experto, los representantes de Al-Nur habían dado el jueves luz verde al nombramiento del Nobel de la Paz como nuevo primer ministro egipcio. «Sin embargo, se echaron atrás cuando se filtró la noticia y vieron la reacción de sus bases, que deploraron esta elección», asegura Gad.
Al-Nur, el único partido islamista que ha apoyado el golpe, se encuentra en una posición complicada. Por una parte no puede alienar a sus seguidores, muchos de los cuales tienen dificultades para entender que su partido apoyase el derrocamiento del primer jefe de Estado islamista de Egipto. Pero sin los Hermanos Musulmanes, son lo únicos representantes del islam político en la nueva coalición.
El nuevo presidente interino, Adli Mansur, tampoco puede dejar escapar a Al-Nur y perder así el único argumento que les queda para intentar justificar que el golpe no supone un veto a los islamistas, sino a la gestión de Mursi.