La tasa de salida del paro se ha reducido a la mitad con el empuje de la crisis
Los expertos echan en falta políticas activas de empleo que reinserten a los colectivos de riesgo en el mercado laboral
MADRID. Actualizado: Guardar«Los riesgos a los que nos enfrentamos hoy son mayores que antes. Muchísimos trabajadores llevan mucho tiempo en paro y las empresas prefieren personas con experiencia laboral reciente y desconfían de quienes llevan demasiado tiempo en el desempleo». Marcel Jansen, profesor de la Universidad Autónoma e investigador de Fedea, no es el único en lanzar esta alerta. En un reciente artículo, dos miembros del Servicio de Estudios del Banco de España, Sergio Puente y Paulino Font, explicaban que España es el país en el que más se ha incrementado la incidencia del paro de larga duración, llegando a más que duplicar el nivel que había alcanzado en el cuarto trimestre de 2006, mientras que para la zona euro en su conjunto apenas había aumentado en esos mismos seis años. Así, el porcentaje de parados de larga duración (los que llevan más de un año buscando trabajo) ha repuntado desde el 21,2% que había a principios de la crisis, en 2008, hasta el 56,3%, una tasa próxima a la media de la zona euro pero que esconde grandes diferencias: mientras Finlandia apenas tiene un 20%, Grecia supera el 60%.
Una situación especialmente grave para algunos colectivos, como los jóvenes, los trabajadores de mayor edad y aquellos con menor nivel de formación, en los que las tasas de salida del desempleo son muy reducidas y les ponen en riesgo de exclusión del mercado laboral. Por eso, los expertos del Banco de España recomiendan políticas tanto activas como pasivas del mercado laboral que eviten estos riesgos.
Para Jansen, las políticas activas de formación son un auténtico punto negro de la reforma laboral. «Hay un recorte de 1.000 millones de euros anuales en los fondos para la formación de parados -señala-; el Gobierno lo justificó diciendo que se gastaba mal y tal vez fuera así, pero debería haberlo corregido en lugar de recortar fondos». El Estado gasta 33.000 millones de euros en prestaciones pasivas y solo 6.000 millones en políticas activas, de los cuales prácticamente todo se va en bonificaciones cuando se sabe que el uso generalizado de estas no tiene efecto, recalca.
La probabilidad de salir del desempleo ha caído a la mitad, e incluso a la tercera parte de la que había antes de la crisis. Así, los parados de entre 25 y 49 años que lleven más de un año en paro ahora tienen una tasa de salida al empleo del 13%, cuando en 2007 ascendía hasta el 35%. Si tienen más de 50 años esa tasa de salida disminuye hasta el 6%. Es decir, cuanto menos tiempo lleven parados, más posibilidades hay; entre el 13% y el 28% si lleva menos de seis meses. Para los que lleven en paro entre dos y cuatro años, el porcentaje de salida del desempleo está por debajo del 10% en cualquier tramo de edad.
Ultraactividad
Los sindicatos critican que la reforma laboral ha desequilibrado las relaciones entre empresario y trabajador en beneficio del primero, que puede descolgarse del convenio y modificar unilateralmente las condiciones laborales y salariales, a lo que se añade el límite de la ultraactividad de los convenios a un año. El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, destaca que han aumentado las resoluciones voluntarias del contrato motivadas por la movilidad geográfica o por los cambios en las condiciones de trabajo, que acaban forzando a esas personas a renunciar al empleo.
No obstante, Miguel Cuenca, socio director del área laboral de KPMG Abogados, considera que la reforma «insta a que se negocie entre las partes y eso hay que ponerlo en práctica». A su juicio, ahora la legislación laboral española es de las más flexibles de Europa y no cree que haya que profundizar más: «que nadie pida más porque ya está hecha». Eso sí, reconoce que «hubiera sido mejor hacer la reforma laboral en una época sin crisis, ya que hubiera sido menos traumática».