Rusia se cansa de la indecisión de Snowden

El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, apremió ayer al antiguo asesor de la Inteligencia estadounidense, Edward Snowden, para que se decida de una vez y defina lo que piensa hacer en adelante. Snowden, a pesar de las especulaciones y rumores iniciales, no ha abandonado Rusia ni en compañía del presidente de Bolivia, Evo Morales, ni tampoco en el avión de primer mandatario venezolano, Nicolás Maduro. Ambos participaron esta semana en Moscú en una cumbre de países exportadores de gas.

«Partimos de que sin su decisión personal, en uno u otro sentido, sin que él entienda qué es mejor y cuál es la solución óptima, no podremos decidir por él», declaró Riabkov. Según sus palabras, el extécnico de la CIA «no ha presentado a día de hoy una solicitud de asilo en Rusia».

El lunes, según informó el cónsul ruso en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo-2, Kim Shevchenko, Snowden solicitó asilo político en Rusia a través de su abogada, Sarah Harrison. Ese mismo día, el presidente Vladímir Putin dijo que el topo de la NSA podría quedarse en el país a condición de que detenga la publicación del material recabado sobre escuchas y espionaje en Internet por parte de la NSA.

Al día siguiente, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, anunció que el joven estadounidense había revocado su petición de asilo porque no estaba dispuesto a satisfacer las exigencias de Putin, quien sostiene que, no obstante, «nunca» le entregará. Así las cosas y puesto que no se ve en el horizonte un país claro de acogida para Snowden, que le ponga a salvo de la Justicia de Estados Unidos, su futuro parece ligado irremisiblemente a la zona de tránsito de Sheremétievo-2.

A menos que la explosiva espía rusa, Anna Chapman, descubierta y deportada de Estados Unidos en 2010, se proponga en serio casarse con el técnico de la NSA. Le ha propuesto matrimonio a través de su cuenta de Twitter. «¿Te casarás conmigo?», escribía la pelirroja. Después también le preguntaba, «¿cuidarás de nuestros hijos?».

Una acción 'no amistosa'

Por otro lado, Rusia se ha solidarizado con Evo Morales por la odisea vivida en su viaje de regreso a Bolivia. «La acción de las autoridades de Francia, España y Portugal difícilmente puede considerarse amistosa en relación con Bolivia y en relación con Rusia, de donde partió el avión del presidente boliviano tras su visita a Moscú», decía ayer una nota del Ministerio de Exteriores ruso. En el comunicado se subraya además que lo sucedido «pudo suponer una amenaza a la seguridad de los pasajeros».

Curiosamente, Moscú no incluye entre los países que cerraron su espacio aéreo a Italia y sí a España, que terminó poniendo a disposición de Morales el aeropuerto de Las Palmas para poder efectuar la escala técnica para repostar el avión.