La suerte se acuerda de La Viña

Poco se podía imaginar Francisco Amador que ayer pasaría el día entre abrazos y cámaras cuando uno de sus clientes habituales le contó hace una semana que había soñado que daba un premio. «Y no uno cualquiera, un pedazo de premio», se reafirma este vendedor de cupones de la ONCE que ha repartido entre los vecinos de la Viña nada menos que 1,7 millones de euros. Hasta cuesta calcularlos en pesetas.

«¡El gordo ha caído aquí, vengan millones para los pobres!», gritaba desde lejos uno de los vecinos de la calle José Cubiles, en el corazón del barrio, que felicitó a Paco. Otro le dio la enhorabuena y aprovechó para cambiar uno de la semana pasada. «Yo no he sido el afortunado», aclaraba a los medios de comunicación que esperaban la llegada de alguno de los 49 agraciados. Pero no hubo suerte. Los primeros se acercaron temprano para abrazar al vendedor antes de que se corriera la noticia y los siguientes se agazaparon en la esquina a la espera de que se fuesen marchando las cámaras.

«Será más fácil ver a los banqueros que a los premiados», bromeó Paco mientras disfrutaba de la alegría. Hace ya cinco años que vende cupones pero es la primera vez que reparte un premio tan generoso. Contó que los que bajaron para darle la gracias dicen que destinarán el dinero a «tapar boquetes» y piensa el vendedor que «van a sacar a muchos albañiles del paro». Dejando aparte las bromas, reconoció que le ha supuesto «una alegría muy grande, más en un momento en que hacía falta que tocara y muy bien repartido». A cada uno le corresponden 35.000 euros, una auténtica ayuda para las familias justo ahora que la situación toca fondo.

Paco confía en que esta publicidad del premio le dure algunos días más, sólo durante la mañana de ayer vendió más de cien y «ahora la cosa está cortita».