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El presidente de los diputados de Brasil reservó un avión oficial para asistir a la final de Maracaná

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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En medio del creciente malestar de los brasileños con su clase política, el presidente de la Cámara de diputados, Henrique Alves, no dudó en viajar desde Natal a Río de Janeiro junto con su novia, amigos y familiares en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña reservado por el grupo para asistir a la final de la Copa Confederaciones en el estadio Maracaná. Alves, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliado del Gobierno, promete ahora que va a pagar todo.

La información fue revelada ayer por el diario 'Folha de Sao Paulo' y se basó en la propia torpeza de la comitiva, ya que algunos de los viajeros publicaron fotos y comentarios del paseo en las redes sociales. Según el periódico, la aeronave recogió el viernes 28 de junio en Natal, en el norte de Brasil, al grupo formado por el diputado, su novia, los hijos de ella, el hermano de la novia con su esposa y un hijo de Alves. El vuelo los depositó en la ciudad carioca, donde pasaron el fin de semana y asistieron a la final del torneo de la FIFA que le dio la copa a Brasil. El mismo avión los devolvió el domingo por la noche a Natal con otro pasajero, amigo del legislador.

La norma en este país es que los vuelos oficiales sólo se piden para cuestiones de seguridad, emergencias médicas o viajes de servicio. A alguna de estas razones intentó apelar Alves al ser descubierto: dijo que había viajado a Río para reunirse con el prefecto de esa ciudad, Eduardo Paes, y discutir sobre el escenario político que está viviendo el país. El encuentro no fue publicado en las agendas oficiales de ninguno de los dos políticos.

«Mi error fue haber permitido que esas personas me acompañaran en el vuelo», admitió el presidente de la Cámara, que ayer precisamente se refirió al proyecto de plebiscito presentado al Congreso el día anterior por el Gobierno de Dilma Rousseff para impulsar una reforma política que aporte transparencia a la actividad de los servidores públicos. Alves prometió un «trámite rápido» al plebiscito, cuya urgencia pretende sofocar las protestas callejeras que desde el 6 de junio han dejado un saldo de al menos seis muertos.

El presidente de la Cámara aseguró que ya ha dado la orden de resarcir al Estado por ese viaje privado que nadie sabe cómo se pagará porque sus costes no son los de un vuelo comercial. El uso de bienes públicos para fines privados es una marca característica de la política brasileña. Tanto en el Gobierno de José Sarney (1985-90), del PMDB, como en el de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), del ahora opositor Partido de la Social Democracia Brasileña, hubo escándalos por la utilización de aviones del Estado para viajes de placer de ministros, legisladores y sus familiares.