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El plebiscito de Dilma ya se debate en el Congreso

La iniciativa para la reforma política pretende someter a votación popular varias de las demandas de los manifestantes brasileños

BRASIL. Actualizado: Guardar
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El Gobierno de Dilma Rousseff presentó ayer en el Congreso la propuesta de plebiscito para la reforma política con una serie de sugerencias sobre los contenidos que deberían incluirse en la iniciativa que se someta a votación popular. La financiación de las campañas, el sistema de votación y la eliminación del voto secreto de los congresistas fueron algunos de los temas que el Ejecutivo recomendó incluir en la reforma.

Las autoridades parlamentarias se comprometieron a darle prioridad al diseño de la iniciativa, para que esta pueda ser votada en octubre, un año antes de las elecciones presidenciales en las que se espera que la reforma esté en vigencia. Con este fin, se formará una comisión legislativa en la que participarán todos los partidos y que diseñará un anteproyecto en 90 días, según anticipó el presidente de la Cámara baja, Henrique Alves, del Partido por la Democracia Brasileña, aliado del oficialismo.

El legislador no descartó la posibilidad de que el Congreso cambie la iniciativa y proponga un referendo en lugar de un plebiscito. La presidenta y los partidos de su base aliada creen que la mejor opción es el plebiscito, mientras que el opositor, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña, considera que se debe aprobar una ley de reforma y luego someterla a la aprobación o rechazo de la ciudadanía mediante un referendo.

La propuesta de plebiscito fue lanzada por Rousseff en respuesta a las multitudinarias manifestaciones de protesta que se concentraron el 20 de junio en casi todo el país. En esas movilizaciones se condenaba la falta de inversiones en salud, educación y transporte público y se expresaba un rechazo general a la persistente corrupción y a los excesivos gastos que demandan los próximos eventos deportivos que se celebrarán en Brasil. El Gobierno confía en que la reforma aportará mayor transparencia a la actividad política.

En la noche del lunes, la presidenta se reunió en Brasilia con 37 ministros de su gabinete y otros líderes parlamentarios del oficialismo para discutir las diversas medidas que deben tomarse ante las peticiones de los manifestantes. Rousseff advirtió tras la cumbre que no recortará el gasto social para invertir en movilidad urbana o en educación. «El pueblo en las calles no pidió reducción del gasto social y mi Gobierno no lo hará. Yo no lo haré», remarcó.

La presidenta sostuvo que la propuesta de plebiscito plantea posibles preguntas para la población, pero que es el Congreso el que debe definir el contenido de la reforma y el Tribunal Superior Electoral el que establezca los plazos para la convocatoria. Para Rousseff, lo importante es que «el pueblo debe ser consultado».

Ayer, el vicepresidente Michel Temer y el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, entregaron la propuesta a las autoridades parlamentarias y reiteraron la potestad del Congreso de diseñar el contenido de la consulta popular.

Entretanto, las protestas se concentraron ayer en una veintena de carreteras de al menos siete estados, en los que el sindicato de camioneros reclamó mejores condiciones de trabajo mediante el bloqueo de avenidas que provocaron serios congestionamientos en Río de Janeiro, en los suburbios de Sao Paulo, en Minas Gerais, en Río Grande do Sul, en Bahía, en Espíritu Santo, en Paraná y en Mato Grosso.