ANDALUCÍA

Una política de fuerte carácter

Tras casi dos décadas de ascenso político, la imputación le llega cuando se encuentra en el plácido puesto de vicepresidenta del BEI Magdalena Álvarez Exconsejera andaluza y exministra

MÁLAGA. Actualizado: Guardar
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Si hay una característica que define a Magdalena Álvarez es su fuerte carácter personal y político, del que ha dejado cumplida cuenta en las casi dos décadas que lleva en la primera línea política, donde ha desarrollado una carrera ascendente que le ha llevado a ser consejera andaluza durante una década y cinco años ministra del Gobierno de España. Su imputación por el caso de los ERE le llega en un puesto plácido y que le gusta como es la gestión del Banco Europeo de Inversiones, donde es vicepresidenta. El retiro dorado que le buscó Zapatero en 2010 en pago a sus servicios prestados al frente del Ministerio de Fomento.

Su gestión en esta cartera la situó en el ojo del huracán protagonizando numerosas polémicas y siendo objeto de fuertes críticas políticas y mediáticas. Su reprobación en el Congreso no salió adelante por la mínima, aunque en el Senado sí se reprobó su gestión. Un fuerte desgaste ante el que no se arrugó y que le llevó a decir en un mitin: «Antes 'partía' que 'doblá'».

Un ejemplo más de ese fuerte carácter que algunos interpretan como arisco y hasta descortés y otros como un caparazón tras el que se esconde una mujer humana y cariñosa con los suyos a la que le cuesta exteriorizar sus sentimientos. Hasta tal punto es celosa de sus afectos que siendo ministra de Fomento, el día que el tren AVE llegó a Málaga, el 23 de diciembre de 2007, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le dijo: «Magdalena, no te contengas y disfruta como todos los malagueños».

Para entender este rasgo de su personalidad hay que bucear en su trayectoria vital. Huérfana de padre y madre con 16 años, desde esa edad tuvo que poner en práctica el consejo que mejor recuerda de su madre: ser fuerte para sobrevivir. Esa máxima es la que le ha servido a esta amante de los números para sobreponerse a los obstáculos que le han surgido en su camino; una vida en la que esta inspectora de finanzas del Estado, que atesora un brillante currículum formativo y académico, se ha hecho a sí misma.

Nacida de «manera casual» en San Fernando (Cádiz) el 15 de febrero de 1952, se considera malagueña de la barriada de La Victoria. Un barrio, donde años atrás, el Martes Santo dio los golpes del martillo a la campana del trono de la Virgen del Rocío.

Casada y con una hija de 30 años, su nombre estuvo en varias ocasiones en las quinielas como posible candidata del PSOE al Ayuntamiento de Málaga, aunque su trayectoria política no ha estado nunca vinculada al ámbito local, sino al autonómico, el nacional y el europeo.

Doctora cum laude en Ciencias Económicas, en 1979 ingresó en el cuerpo de inspectores de finanzas del Estado, donde hizo una brillante carrera que le llevó a asumir importantes responsabilidades en la Agencia Tributaria a nivel provincial y regional. Cargos que compatibilizó con su pertenencia al ICO, Aviaco o el Banco Exterior de España.

Hasta 1994, cuando el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, la nombró consejera de Economía y Hacienda. Es la llamada 'legislatura de la pinza' entre PP e IU frente a un PSOE en minoría en el Parlamento regional. Una situación política que le afectó cuando vio cómo los presupuestos elaborados por su departamento fueron rechazados por la Cámara.

El puro de Rajoy

Aficionada a los toros y seguidora de José Tomás, tras las elecciones autonómicas de 1996 el PSOE consiguió mayoría absoluta y fue ratificada en su cargo de consejera. En ese mandato, su protagonismo político va en ascenso con la vehemente negociación que hace con el Gobierno central de José María Aznar del pago de la deuda histórica con Andalucía y de una financiación autonómica en la que se tuviera en cuenta el censo real de los andaluces. De estos años es la anécdota de una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera cuando saludó al entonces ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, con un «apague usted su puro».

El otro gran asunto que marcó esos años su gestión fue la defensa a ultranza de que Andalucía contara con una caja única en torno a la entidad financiera más fuerte, Unicaja, lo que le llevó a algunos enfrentamientos políticos y financieros.

Esta admiradora de Ghandi y que se «quita el sombrero» ante la talla política de Chaves, Zapatero y Felipe González, formó parte del 'grupo de notables' que elaboró el programa de las elecciones generales de 2004. Año en el que fue nombrada ministra de Fomento. Cartera que conservaría hasta 2009, cuando fue relevada por José Blanco y fue elegida eurodiputada. En un año cambió Bruselas por Luxemburgo, sede del BEI . Quienes le conocen dice que está tranquila por la imputación, pero indignada.