El secretario de Organización, Óscar López, ayer, en Ferraz. :: ÓSCAR DEL POZO
ESPAÑA

Rubalcaba deja vía libre a Griñán para que controle su sucesión en Andalucía

Los críticos del PSOE-A pretendían que se obligara a retrasar las primarias del día 29 hasta octubre para formar una alternativa a Susana Díaz

MADRID. Actualizado: Guardar
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'Amén' de la ejecutiva del PSOE al plan ideado por José Antonio Griñán para garantizarse la sucesión en Susana Díaz, consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía. Nadie levantó ayer la voz en el encuentro celebrado en la sede federal de Ferraz a pesar de que en privado son muchos los que admiten que las primarias exprés ideadas por el líder de los socialistas andaluces suponen en la práctica un golpe palaciego que priva de cualquier posibilidad real de competir por el liderazgo interno -a la postre es eso lo que se dilucida- a los críticos con la actual dirección.

En apenas cinco minutos, según el relato del secretario de Organización del PSOE, Óscar López, el asunto quedó finiquitado. Habló Griñán, Rubalcaba dijo 'vale' y el resto consideró que no había más que añadir. «La ejecutiva federal siempre ha respaldado y respaldará al presidente Griñán; él ha explicado las razones políticas e institucionales de su decisión, que le competen a él», alegó el número tres del partido. «El proceso -añadió también- se adapta al reglamento». Y no hubo manera de sacarle de ahí.

Sobre el papel, las primarias que se celebrarán en Andalucía cumplen, efectivamente, los requisitos. Hoy el comité director de la federación más potente del PSOE dará el pistoletazo de salida a la recogida de avales hasta el 17 de julio, la campaña interna de los candidatos que consigan algo más de 7.000 firmas se celebrará del 22 al 28 de julio y el 29 tendrá lugar la votación. Sin embargo, la jugada, que según fuentes del partido fue precocinada por Griñán con los secretarios provinciales afines, ha pillado por sorpresa al sector rebelde, el mismo que ayudó a la victoria de Alfredo Pérez Rubalcaba en el 38 Congreso.

Las peticiones a la dirección federal para que interviniera y forzara un calendario menos apresurado -«si nos dan hasta octubre armamos una candidatura potente», insisten los no alineados con el oficialismo del PSOE-A- cayeron en saco roto. Griñán no es un barón cualquiera. Lo sabe y ejerce. «Bastaría con que Andalucía dijera algo para que se rompieran los equilibrios», afirmó este domingo en este periódico.

Rubalcaba, que desde que fue nombrado secretario general apenas ha tenido un día de paz, entiende que es mejor caminar juntos. Necesita estabilidad, al menos, hasta la Conferencia Política de octubre, en la que pondrá de largo el proyecto de renovación ideológica en el que lleva trabajando meses con la ayuda, como coordinador, de Ramón Jáuregui. Y el presidente de la Junta de Andalucía se lo garantiza. 'Quid pro quo'.

Tres posibles

Susana Díaz será pues la heredera absoluta de Griñán, salvo sorpresa de última hora, aunque aún no haya anunciado sus intenciones por aquello de respetar los plazos. En la dirección del PSOE no tienen duda al respecto, aunque oficialmente el mensaje sea otro. «A día de hoy ya hay tres posibles candidaturas: la de Díaz, la del consejero de la Junta Luis Planas y la que está impulsando el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas», dijo Óscar López para justificar su aval a las fechas elegidas por Griñán y defender la suficiente apertura del proceso.

Su afirmación choca con las sospechas de algunos de sus compañeros de partido sobre el paso dado por Planas. Sostienen que es un modo de «blanquear» las polémicas primarias y que no es más que un «submarino» de Susana Díaz. Otras fuentes, en cambio, aseguran que el consejero no se prestaría nunca a ese juego y que aspira a ser el candidato de los socialistas andaluces a la presidencia de la Junta una vez Griñán se retire.

Sea como fuere, la reunión de ayer garantiza que la entente entre Griñán y Rubalcaba se mantendrá, al menos, durante unos meses. El barón insistió en que hay que respetar el calendario marcado y no hablar de primarias a la presidencia del Gobierno, es decir, las que afectan al líder de la oposición, hasta 2014. Nada dijo, además, en la ejecutiva de eso que ha afirmado en público: que si no se va a presentar, Rubalcaba debería decirlo ya. Pero en el PSOE, el ruido nunca cesa. Y los tambores de un congreso extraordinario después de octubre siguen sonando de manera insistente.