El jefe de la Casa Blanca con el arzobispo Desmond Tutu. :: S. L. / AFP
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Obama sigue la huella de Mandela

El presidente y su familia expresan su admiración por el héroe sudafricano al visitar la celda de Robben Island en la que pasó 18 años

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Un sentimiento de «profunda humildad» invadió ayer a Barack Obama al recorrer las huellas de la historia sudafricana. Inmortalizado para siempre en el interior de la celda donde Nelson Mandela permaneció 18 de los 27 años que estuvo en prisión, el presidente de EE UU no pudo sino expresar su agradecimiento y admiración por los «héroes de Robben Island». Los 33 dirigentes de la lucha contra el 'apartheid' que junto al icono de la reconciliación fueron capaces de derrumbar los muros de la segregación racial sin más armas que la voluntad. «Ellos nos recuerdan que no hay grilletes o celdas que puedan igualar la fuerza del espíritu humano», dijo emocionado.

La visita a la emblemática isla-prisión se convirtió en la mejor ocasión para rendir homenaje al expresidente sudafricano, que continúa en estado crítico en un hospital de Pretoria a causa del empeoramiento de una infección pulmonar que arrastra desde hace varios meses y por la que fue ingresado el 8 de junio. El recuerdo a Mandela, de 94 años, estuvo presente en todo momento y sirvió a Obama para instar a sus hijas, Malia y Sasha, a seguir el ejemplo del simbólico exmandatario. Un verdadero referente de la resistencia pacífica que resultó determinante en EE UU para el triunfo del movimiento de los derechos civiles en los años 60.

Acompañados por Ahmed Kathrada, un excompañero de prisión de Mandela, los Obama se adentraron en varias instalaciones del penal y dieron un breve paseo por una cantera de cal en la que fue obligado a picar piedra durante largos periodos el célebre recluso 46.664 que en 1994 se erigió en el primer presidente negro de Sudáfrica. Los momentos compartidos con el icono de la reconciliación acapararon el protagonismo de los relatos de Kathrada, quien contó además a la familia presidencial estadounidense algunas de sus vivencias con otros dirigentes del Congreso Nacional Sudafricano, el partido que gobierna el país desde el establecimiento de la democracia hace ya casi dos décadas.

Entre los líderes que cumplieron condena en Robben Island destaca el actual presidente, Jacob Zuma, quien la víspera se mostró entusiasmado por la decisión de Obama de acudir al histórico penal. «Estoy contento de que vayan a mi antigua casa», señaló el jefe de Estado sudafricano, en referencia a los diez años que pasó en la isla-prisión. «Lo que es verdaderamente importante es que lleve a su familia con usted. Sus encantadoras hijas deben saber lo que soportaron Madiba -como le llaman cariñosamente a Mandela- y todos los combatientes por la libertad», subrayó.

«Profundamente honrados»

Un emotivo mensaje en el libro de visitas -firmado por Obama y su esposa, Michelle- puso el broche final a la visita al emblemático penal. «Estamos profundamente honrados de estar donde hombres de tanto valor que se enfrentaron a la injusticia y se negaron a ceder», escribió el jefe de la Casa Blanca al estampar su firma. El simbolismo se completó con el posterior encuentro que mantuvo con el arzobispo anglicano y Nobel de la Paz, Desmond Tutu, de 81 años, con quien el presidente norteamericano se reunió en un centro de ayuda a jóvenes seropositivos.

El carácter histórico del viaje del mandatario estadounidense por Sudáfrica volvió a quedar reflejado en el discurso que pronunció ayer ante la Universidad de Ciudad del Cabo. El mismo lugar en el que el senador Robert Kennedy dirigió una mítica alocución en la que incitaba a los opositores del 'apartheid' a levantarse contra la «opresión».