El Supremo de EE UU anula la ley que marginaba los matrimonios homosexuales
«Trataba a las parejas gais como una clase aparte e inferior y consagraba la discriminación», subrayó Obama
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarEdith Windsor, una adorable viuda de 83 años a la que el Estado quiso cobrar 363.000 dólares por la herencia de su esposa, con la que llevaba 40 años de relación, logró ayer tumbar en el Supremo de EE UU la ley que marginaba expresamente a todas las parejas homosexuales frente a las de distinto sexo. Y con ello liberar «los sueños y esperanzas de todos aquellos constreñidos por la Ley en Defensa del Matrimonio (DOMA, por sus siglas en inglés)».
La decisión no legaliza los matrimonios gais en EE UU, pero extiende a todas las parejas más de mil beneficios federales que hasta ahora eran negados a las homosexuales. La DOMA, aprobada en el Congreso en 1996 para definir el matrimonio como un sacramento entre hombre y mujer, tenía como propósito específico privar de derechos a los homosexuales que empezaban a casarse legalmente en algunos estados. Esa ley es, desde ayer, cosa del pasado. «No tenía ningún propósito legítimo más que menospreciar y dañar a aquellos a los que los estados, con sus leyes de matrimonio, intentaban proteger en su dignidad», determinó el juez Anthony Kennedy al dar voz a la mayoría del tribunal.
Hasta el propio Bill Clinton, que la firmó, se alegró de la derogación de la ley en un comunicado conjunto con su esposa. «El tribunal reconoce que la discriminación hacia cualquier grupo frena nuestros esfuerzos de formar una unión más perfecta», dijo la pareja. Como el propio Barack Obama, que instó a su fiscal general a no defender la ley que, sin embargo, aplicaba, los Clinton felicitaron a Windsor por su «histórica victoria». Sólo que el presidente lo hizo de viva voz.
«¿Barack Obama?», repitió la anciana en voz alta al contestar el teléfono. En casa de su abogada, donde esperaba la decisión, todo el mundo reprimió un grito de júbilo. «Yo también quería agradecerle, porque creo que su nombramiento ha marcado una gran diferencia para nuestro país», le dijo ella. Obama, que en 2008 dijo estar en contra de los matrimonios homosexuales, reconoció el año pasado haber cambiado de opinión, influenciado por sus hijas, que no concebían que alguien fuera tratado distinto por ser gay.
Ayer el mandatario emitió un contundente comunicado de apoyo a la igualdad de género y alabó al Supremo por derogar una ley que «consagraba la discriminación», dijo. «Trataba a las parejas gais como una clase aparte e inferior. Se ha corregido ese error y como resultado nuestro país es mejor». Obama dijo haber ordenado al Departamento de Justicia que revise todos los estatutos federales para asegurar que, en la práctica, se cumple el fallo del Supremo.
La alegría de la comunidad gay se acrecentó con otra decisión del alto tribunal, relativa al referéndum que ganaron en California los grupos conservadores para prohibir expresamente los matrimonios homosexuales. El Supremo evitó pronunciarse sobre la legalidad de la consulta, lo que hubiera afectado a muchos otros estados, pero decidió que el convocante no era parte interesada y por lo tanto carecía de derecho a hacerlo. El estado de California se negó a aceptar el resultado y ayer alabó el fallo.