Ecuador gana tiempo frente a la presión de Washington
El Gobierno de Correa recibe ataques por su Ley de Comunicación y los empresarios del país temen sanciones de uno de sus grandes clientes
LA HABANA. Actualizado: GuardarCon el telón de fondo de las críticas a la Ley de Comunicación, Ecuador sopesa las consecuencias en sus relaciones con Estados Unidos si concede asilo a Edward Snowden. De hacerlo, podría estallar la crisis diplomática que se agrava desde que mayo el embajador Adam Namm asistiera a un acto organizado por la Unión Nacional de Periodistas, que el Gobierno de Rafael Correa considera opositor.
Ayer, la tensión aumentaba pese a que el informático filtrador continuaba en la sala de transito del aeropuerto de Moscú. Ecuador se escuda en que la Casa Blanca invoca su «soberanía» para no extraditar a dos hermanos banqueros, huyeron a Miami hace diez años, condenados en ausencia por peculado y afirma que actuará con la misma reciprocidad.
Mientras, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño ganaba tiempo. Aseguró desde Hanoi que el Departamento de la Estado se había comunicado con su ministerio pero que «mientras solamente se trate de una comunicación verbal, podría haber malentendidos» y por ello prefería esperar a que fuera por escrito. Un aplazamiento que le permite al gobierno de Rafael Correa ponderar la medida pero también lo obliga a aguantar el tipo más tiempo ante la presión ejercida desde Washington.
El respeto a las libertades, en particular las de prensa, es el campo elegido por la Casa Blanca para fustigar a Quito. La Embajada de EE UU en la capital ecuatoriana dijo en un comunicado que la afirmación de Snowden, de que su motivación es el apoyo a la transparencia, a la libertad de prensa y a la protección de los derechos individuales «se contradice por el tipo de defensores potenciales que ha escogido». Además denuncia que el exagente busca atentar contra la seguridad de la nación.