Protestas frente a la Casa Blanca por el costoso viaje a África. :: AFP
MUNDO

El viaje de oro de Obama

Prepara una gira de ocho días por África que costará a los ciudadanos de EE UU entre 45 y 75 millones de euros

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La primera gran gira de Barack Obama por África se ha hecho esperar más de cuatro años. Y será histórica. El Gobierno estadounidense prepara un despliegue sin precedentes para garantizar la seguridad del presidente durante su viaje a Senegal, Sudáfrica y Tanzania, los países que visitará del 26 de junio al 3 de julio. Un convoy de 56 vehículos de apoyo, entre ellos 14 limusinas y tres camiones, cristales antibalas para cubrir las residencias donde se alojará el mandatario y su familia, centenares de agentes de seguridad, así como cazas que sobrevolarán el espacio aéreo las 24 horas son apenas una muestra del colosal dispositivo activado.

La consigna es clara. Pulverizar todo tipo de elemento que pueda suponer una amenaza para el jefe de la Casa Blanca. Incluidos grandes felinos. No en vano, se había encargado la creación de un «equipo especial de asalto con rifles de francotirador de gran calibre» para el safari de dos horas que Obama y su esposa tenían previsto realizar en el Parque Nacional de Mikumi, en Tanzania. El operativo tenía la misión de «neutralizar guepardos, leones o cualquier otro animal que supusiera un peligro». Así lo ha desvelado al diario 'The Washington Post' un ciudadano que, «preocupado por la cantidad de recursos destinados al viaje», ha decidido destapar desde el anonimato las ingentes medidas de protección que han ordenado los servicios secretos.

Si bien el safari fue finalmente cancelado por su elevado coste, a la CIA no le tiembla la mano a la hora de organizar el enorme despliegue a golpe de talonario, mientras el Gobierno sufre importantes recortes del gasto público. Según los cálculos, los ocho días que los Obama pasarán en África subsahariana supondrán a las arcas públicas un desembolso de entre 60 y 100 millones de dólares (de 45 a 75 millones de euros). De ser así, la gira del mandatario se convertiría en la más costosa en la historia de su Administración. Pero sus predecesores tampoco se quedan muy lejos. La visita que Bill Clinton realizó en 1998, eso sí, por seis países implicó un gasto de 42,7 millones de dólares (32,2 millones de euros). El grueso de la factura correspondió al despliegue militar, lo que da una idea de las faraónicas movilizaciones que conlleva el traslado de un presidente estadounidense.

La brevedad de las paradas de Obama en los tres países añade aún más dificultad al periplo. La agenda del servicio secreto contempla que pase una noche en Dakar (Senegal), dos en Johannesburgo, otra en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y, finalmente, una en Dar es Salam (Tanzania). Por ese motivo, resultará imposible desmontar los cristales antibalas de los lugares donde se alojará el mandatario y han tenido que encargar tres ejemplares de cada uno al no dar tiempo a trasladar el material. La elección de la zona donde se hospedará el presidente y su familia deberá contar además con el obligatorio visto bueno del servicio médico de la Casa Blanca, que exige que los hoteles se encuentren próximos a un centro de urgencias de primera categoría.

En medio de las numerosas exigencias y la extrema seguridad, el simbolismo impregnará la gran gira. No sólo porque se tratará del primer viaje de Obama por el África subsahariana, sin contar la parada de 22 horas de duración que se limitó a hacer en 2009 en Ghana. El homenaje a la figura del expresidente sudafricano Nelson Mandela también ocupará un lugar importante de la agenda. De ahí que el mandatario norteamericano tenga previsto acudir a Robben Island, donde el héroe de la lucha contra el régimen segregacionista del apartheid pasó recluido 18 de los 27 años que estuvo en prisión.

La pujanza económica de África en un contexto donde afloran numerosos convenios con China ha contribuido sin duda a movilizar después de tanto tiempo a Obama hacia el continente. El presidente buscará relanzar la influencia estadounidense en los contactos que mantendrá con sus respectivos homólogos, el sudafricano Jacob Zuma, el tanzano Jakaya Kikwete y el senegalés Macky Sall.