El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble (dcha.), conversa con el francés, Pierre Moscovici. :: EFE
Economia

La UE se atasca con las quitas a inversores y grandes depósitos en rescates de bancos

Francia y España plantan cara a Alemania al exigir flexibilidad para poder salvar de los hachazos a particulares y pymes

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La UE fracasó el viernes en su intento por alcanzar un acuerdo en la directiva que determinará quién pagará la factura al rescatar un banco. Tras 18 horas de reunión, los ministros de Economía de los Veintisiete abandonaron las negociaciones con importantes diferencias sobre el grado de autonomía que deben tener los gobiernos en la aplicación de la normativa. El titular español, Luis de Guindos, dio por seguro que se podrá salvar de posibles quitas a todos los depósitos de particulares y a las pymes. Los socios retomarán el diálogo el miércoles con la esperanza de poder sellar un pacto antes de la cumbre de presidentes que arranca un día después. En esta cita, el bloque pretende exhibir los avances logrados en la unión bancaria como prueba de su compromiso con el euro. La directiva, que se negocia desde hace meses, tiene una importancia clave para la UE por distintas razones. En primer lugar, los Veintisiete quieren evitar que los contribuyentes sigan destinando cantidades multimillonarias al rescate de entidades. Para ello, la normativa establece una jerarquía que especifica claramente quién debe asumir las pérdidas necesarias para recapitalizar un banco en apuros.

Con este listado, también se busca prevenir desastres como el que rodeó al salvavidas de Chipre. Aunque posteriormente se rectificó, los socios respaldaron que Nicosia pudiera aplicar una quita a los depósitos inferiores a 100.000 euros, un umbral sagrado que la legislación blinda definitivamente.

La jerarquía consensuada por los Veintisiete sitúa en lo más alto de la pirámide a los accionistas. Este colectivo será el primero en sufrir pérdidas seguido de los titulares de preferentes y los propietarios de deuda de distinta calidad. Los especialistas defienden que con un tajo a estos acreedores la mayoría de las entidades ya cubrirían el núcleo de su rescate, pero también se contempla imponer quitas a los depósitos superiores a 100.000 euros. Aquí, sin embargo, empiezan a surgir las diferencias en la UE. España y Francia reclaman cierta flexibilidad para poder limitar el golpe, mientras que Alemania y Holanda insisten en la necesidad de pactar una estricta directiva que impida distinciones.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, apostó en el encuentro por excluir de posibles pérdidas a todas las cuentas de particulares sin importar su montante y a las pymes. Al término de la reunión, el responsable español confió en que sus reivindicaciones quedarán reflejadas en la normativa. «En lo fundamental, que es la protección de los depósitos y el orden de prelación, hay un acuerdo total», remarcó pasadas las cuatro de la madrugada. Con más de un billón de euros, la banca española es la segunda de la moneda única con mayor volumen de ahorros solo superada por Alemania. «Lo que tenemos que hacer ahora son números y ver todas las alternativas», agregó sobre la nueva cita del miércoles.

Límite mínimo

Las negociaciones se estancaron al traducir a cifras el grado de libertad de los países para evitar quitas a los distintos acreedores del listado. Los socios debatían opciones como fijar un límite mínimo al imponer las pérdidas antes de que cualquier gobierno pueda salvar del hachazo a algún colectivo en función de las características de su banca. En el caso de España, los depósitos son fundamentales, pero otros países quieren cierta flexibilidad con los titulares de deuda. Además, hay que pactar de dónde vendría el dinero en caso de que se reduzcan las quitas. Las posibilidad más factible consistiría en crear un fondo de cobertura financiado por la banca, pero podría tardar años en materializarse.

Los contactos evidenciaron fuertes diferencias a distintos niveles. Al parecer, el desencuentro entre Francia y Alemania marcó el fracaso de la cita, pero también los recelos de los países de fuera del euro. Reino Unido, Suecia y Dinamarca exigen mayor libertad porque no disponen del fondo de rescate de la moneda única, un mecanismo que podrá recapitalizar bancos de forma directa tras el acuerdo logrado el jueves. Gracias a este nuevo colchón, los miembros de la divisa común dispondrán de más recursos a la hora de apuntalar una entidad al borde del desplome, una alternativa que siempre estará sobre la mesa pese a la regulación de las quitas.

Las perspectivas de cara a la reunión del miércoles no están claras. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, auguró un «buen resultado», pero otras voces se mostraron menos optimistas. Irlanda, que dirige las negociaciones en su calidad de presidente de turno de la UE, insistió en que no existe «ninguna garantía» de éxito porque las divisiones afectan a cuestiones clave. Un nuevo fracaso supondría un fiasco importante para la zona euro, que necesita la aprobación de la directiva para seguir avanzado en la unión bancaria. Este proyecto, que implica poner bajo la supervisión del BCE a las principales entidades del bloque, resulta indispensable para blindar la estabilidad de los mercados.

billones de euros se gastaron los socios de la UE solo entre 2008 y 2011 para apuntalar bancos en apuros. La colosal cifra equivale a un tercio de la riqueza de los Veintisiete países miembros.