«Con Narros se muere una forma muy inteligente y teatral de dirigir»
MADRID. Actualizado: GuardarIntuición, experiencia y talento. Estas son algunas de las cualidades que destacan de Miguel Narros muchos de los actores que han trabajado con él y algunos de los cuales son quienes son gracias a él. Silvia Marsó, Carlos Hipólito, Nuria Expert, Juan Echanove, Tristán Ulloa, Toni Cantó o Emilio Gutiérrez Caba son parte de esos numerosos intérpretes que lloraron ayer la pérdida del gran referente de la escena española contemporánea.
Marsó, quien trabajó con Narros en su penúltima obra, 'Yerma', lo define como «el Van Gogh de la escena española» y describe que cuando operaba lo hacía «cual pintor impresionista que, pincelada a pincelada, iba cubriendo con unos trazos otros hasta conseguir ese cuadro bello que él quería».
Emilio Gutiérrez Caba, que también tuvo la oportunidad de trabajar bajo sus órdenes, subrayó que, con su gran tenacidad y perseverancia, se convirtió en una «figura clave en el teatro español».
Carlos Hipólito afirma con absoluta rotundidad que «sin él no sería el actor que soy». «Era para muchos de nosotros, como Ana Belén, un imprescindible y se muere con él una forma muy inteligente y teatral de dirigir», sentencia.
Twitter fue el medio escogido por algunos intérpretes para homenajear la figura de Narros. Así, Toni Cantó lamentó la pérdida «de un grande» con el que tuvo «la suerte de trabajar», por lo que afirmó que «el teatro español está de luto». Tristán Ulloa lanzó un «fuerte y agradecido aplauso al director», mientras Juan Echanove le agradeció «de corazón» haber dado «al actor el sitio que le correspondía en escena».
El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, destacó que Narros ha mantenido siempre un «afán innovador en su trabajo hasta el último momento», al tiempo que señaló que «su labor en los últimos años ha servido para proponer una lectura actualizada e inteligente de los clásicos, a los que ha aproximado a nuevos públicos».
Si como trabajador fue incansable, como ser humano fue «una buena persona», según aseguró su marido, el productor escénico Celestino Aranda, que le acompañó, en el trabajo y en la vida, hasta sus últimos días, durante 34 años: «Aparte del talento para el teatro, Miguel era un ser maravilloso, muy generoso y humilde. Pero lo que mejor le define es que era una persona buena».