Mucha propaganda y pocos contratos
El plan contra la exclusión social de la Junta se revela como un fiasco y un artificio propagandístico más: apenas beneficia a uno de cada diez parados
Actualizado: GuardarLa Junta de Andalucía se ha especializado en el ruido, en el humo. Tras esos artificios se esconde casi nada, un escaso pragmatismo y una menor eficiencia en la gestión que, al cabo, explica que esta provincia presente una tasas de paro tercermundistas tras 32 años de ininterrumpido Gobierno socialista en la administración autonómica. Hay sobrada pruebas de ese vacuo talento del Ejecutivo regional para la propaganda sin efecto real en la vida de los ciudadanos, contribuyentes o demandantes de ayuda. Sin embargo, los fuegos artificiales que sólo iluminan tertulias y ruedas de prensa resultan más dolorosos ahora, cuando la comunidad vive una de las peores situaciones económicas que se han conocido en muchas décadas. Ahora, las pifias y las exhibiciones suenan casi a insulto y las más graves son las que afectan al empleo. La Junta de Andalucía anunció con estruendo un plan contra la exclusión social que ofrecería empleos a personas en situación dramática, para que prestasen un servicio a sus vecinos y pudieran obtener unos ingresos con los que paliar su precaria situación.
Tras anunciarlo a bombo y platillo como el colmo de la sensibilidad social, resulta que en municipios como El Puerto, sólo servirá para contratar a unos 160 de los 11.000 parados de larga duración. Ese mismo porcentaje se repite en casi todos los municipios de la provincia de Cádiz.
El resultado final es que sólo uno de cada nueve demandantes, en situación extrema, tendrá acceso a un contrato de muy corta duración y contraprestación. Esa es la aplicación real de la teoría de la Junta.