Industria fija para el 6 de julio el cierre definitivo de la central de Garoña
Soria asegura que el desmantelamiento de la nuclear burgalesa obedece «exclusivamente» a razones económicas
Actualizado: GuardarLa central nuclear de Garoña cerrará definitivamente el próximo 6 de julio. El ministro de Industria, José Manuel Soria, realizó ayer este anuncio durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. El cierre de esta instalación nuclear tras 41 años de funcionamiento «se produce por razones distintas a la seguridad nuclear»; en concreto, según Soria, por motivos «exclusivamente económicos». Los mismos que llevaron a la propietaria Nuclenor a desconectarla de la red eléctrica debido a que la futura Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética hacía inviable su funcionamiento, dado que grava tanto el combustible como los residuos nucleares.
De acuerdo a estos criterios, la central de Garoña está desenchufada de la red desde el pasado 15 de diciembre, momento en que se inició el traspaso del combustible a una piscina. Sin embargo, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) acordó el 24 de mayo, con los votos a favor de los dos consejeros del PP y uno de CiU y en contra de los dos de las representantes del PSOE, dar un año más a Nuclenor para que pudiese solicitar la prórroga de su vida útil.
Días antes, Nuclenor había pedido al Ministerio de Industria aplazar durante un año el cierre previsto para el día 6 de julio, con el fin de estudiar la viabilidad de la instalación. Según explicó ayer el ministro Soria en el Congreso, su departamento rechazó la solicitud de la empresa dada la «imposibilidad» de cumplir los plazos fijados en la ley de procedimiento administrativo. Respondía de esta manera a la pregunta del diputado del PNV, Pedro Azpiazu, que reclamaba el cierre de la central nuclear.
El anuncio volvió a causar inquietud entre los trabajadores de Garoña. Según explicó el presidente del comité de empresa, Alberto César González, Nuclenor les ha pedido mantener la calma, aunque reconoció que están «hartos y cansados» de la situación que viven desde que el Gobierno del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunció, en julio de 2009, el cierre de las instalaciones.
Las reacciones políticas y de organizaciones ecologistas no se hicieron esperar. En general, fueron de satisfacción, aunque desde el PSOE el anuncio fue calificado como «un sainete por capítulos». En palabras del responsable socialista de Ordenación del Territorio y Sostenibilidad, Hugo Morán, Garoña cierra «pese a las presiones del Gobierno para que continúe abierta».
La más antigua
Santa María de Garoña fue gestada el 2 de marzo de 1957. La entonces Iberduero y la Electra de Viesgo crearon Centrales Nucleares del Norte S. A. (Nuclenor) para levantar la instalación. Actualmente pertenece a Iberdrola y Endesa. Con Garoña el régimen de Franco entraba en la modernidad y, además, en la era nuclear. Las obras comenzaron en 1966 y la estadounidense General Electric hizo el montaje del reactor. El más avanzado del momento en Europa, del tipo BWR-3, que funcionaba con uranio enriquecido. En 1970 el complejo fue puesto en marcha y el 2 de marzo del año siguiente fue conectada a la red.
En marzo de 2012, el Foro Nuclear, órgano que aglutina a empresas con intereses en esta energía, propuso ampliar en 20 años su explotación y que ninguna cerrase antes de 2030. Garoña tenía marcada su fecha de defunción para 2013, aunque el Gobierno del PP anunció que prolongaría su existencia hasta 2019, realizándose las oportunas mejoras de actualización. A finales de noviembre, la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, Carmen Martínez Ten, anunció en el Congreso que la central dejaría de producir energía el 6 de julio de 2013.
El CSN prevé desmantelar Garoña según los parámetros del Organismo Internacional de la Energía Atómica, lo que puede durar entre nueve y diez años. Así habrá tres niveles de trabajo. En el primero será construido un almacén temporal y la piscina donde se depositará el combustible del reactor. En el segundo nivel serán desmantelados los edificios y el blindaje del reactor y se sellará el mismo. Los residuos radiactivos resultantes se almacenan fuera del emplazamiento. En el tercer nivel se sacará el reactor con su blindaje y se rehabilitará el emplazamiento.