ESPAÑA

Zapatero no ve urgente la reforma constitucional

SANTANDER. Actualizado: Guardar
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Es la gran apuesta de su sucesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, para aplacar las tensiones territoriales entre independentistas y partidarios de la recentralización, pero José Luis Rodríguez Zapatero, el expresidente del Gobierno que había prometido no inmiscuirse en la gestión política de quienes vinieran detrás de él, se atrevió ayer a decir que no cree que la reforma de la Constitución sea «la gran urgencia» en este momento. «Lo urgente -dijo- es la tasa de paro».

El exjefe del Ejecutivo tampoco rechazó de forma tajante esta apuesta del PSOE. Cabe recordar que él mismo se despidió del Gobierno con una polémica reforma constitucional 'exprés' para introducir como norma inamovible la estabilidad presupuestaria. Reforma que pactó con Rajoy en contra del criterio de su propio partido. Sin embargo, puso 'peros' por las escasas posibilidades de éxito tanto en el fondo como en la forma. «El consenso es difícil y -alegó, además- no hay que pensar que las reformas pudieran ser milagrosas».

Quizá la gran diferencia entre Zapatero y la dirección del PSOE es que los actuales rectores del partido están muy preocupados por la deriva que han tomado las cosas en Cataluña, mientras que su exjefe de filas asegura que «no llegará la sangre al río» y se limita a recomendar «recuperar afectos y diálogos», integrando al máximo la pluralidad.

Dicho esto, recobró su tradicional discurso de 'elemento neutral' y mostró su apoyo a sus dos sucesores tanto en el Ejecutivo, Mariano Rajoy, como en el partido. Defendió así, durante su intervención en el seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre 'Crisis institucional española: ¿amenaza u oportunidad?', lo que siempre suele defender, es decir que no se debe hablar mal de nadie y que tiene «una enorme confianza en los compañeros y la dirección del Partido Socialista» a los que, dijo, se debe dejar «trabajar y debatir ideas».

Apoyo a Rajoy

En esta misma línea, rechazó pronunciarse sobre cuál sería su candidato para las primarias. Su argumento es que lo que ahora toca es apoyar a la dirección del partido porque por experiencia sabe que «la tarea no es fácil y se agradece muchísimo». «Es Alfredo Pérez Rubalcaba quien tiene la iniciativa, el que tiene que hablar» alegó. En una ambigua invitación a la paciencia dentro de su formación, Zapatero afirmó también que el hoy líder del PSOE se pronunciará cuando lo considere adecuado. «Y que nadie espere que lo haga antes», dijo cuando apenas quedan quince días para dos cónclaves imporantes, el Consejo Territorial del 6 de julio y el Comité Federal del 13.

Algo parecido planteó respecto Rajoy, en clara discrepancia con las apariciones de José María Aznar y con muchos en su propio partido. «Siempre pensé que cuando uno deja de ser presidente del Gobierno tiene que dejar la tarea pública a quien esté y hablar bien de tu país», reiteró. «Mis amigos me preguntan ¿cómo defiendes a Rajoy? Y yo les contesto que porque sé lo que es ser presidente», relató. «Lo poco que yo pueda hacer para que mejore algo, al menos el clima social, ahí estaré».