Lavado de imagen para la CEOE 'made in Rosell'
Saca adelante un nuevo código ético para una «moralidad renovada» que evite conductas «reprobables», en velada referencia a Díaz Ferrán
MADRID. Actualizado: GuardarSi el acto institucional que acompañó la asamblea general de la CEOE fue diseñado por su líder, Juan Rosell, como un intento de acercamiento tanto a las grandes empresas -acusadas internamente de «sabotaje» tras la creación de su Consejo Empresarial para la Competitividad, que compite con la propia patronal por su cuota de poder político- como al Gobierno -al que elogió su «valentía» en esta crisis-, la pura parte asamblearia fue la consagración de parte del cambio de aires que quiere infundir en la organización. El lema de la jornada era precisamente «tiempo de valores, tiempo de personas».
Su proyecto estrella, el nuevo código ético y de buen gobierno de la CEOE, salió adelante sin voces discordantes -contaba con el respaldo unánime de la junta directiva, logrado el 17 de mayo- y con la plenasatisfacción de su impulsor. «Hemos sentado las bases de una moralidad renovada en lo político y en lo económico», dijo Rosell, con las que se pretende acabar con «conductas, cuanto menos, reprochables, pero en modo alguno generalizadas».
Se refería entre líneas a su antecesor en el cargo, Gerardo Díaz Ferrán, en prisión desde el 5 de diciembre acusado por la quiebra presuntamente fraudulenta de su grupo Viajes Marsans y también imputado por los créditos aparentemente irregulares que le concedió Caja Madrid cuando fue consejero suyo. Su nombre es desde hace tiempo algo tabú en el seno de la patronal, al menos en público.
«La crisis está poniendo en cuestión la relación entre sociedad y empresa», advirtió el presidente de la CEOE, quien instó a unos y otros a «recuperar la buena armonía» porque «sin buenos empresarios -«y la mayoría lo son», apostilló- no es posible la recuperación». Insistió en ese sentido en que la reforma de la patronal a todos los niveles está ya «en marcha» y es «irreversible». No obstante, quiso dejar claro que aunque «no todo vale (en el mundo empresarial), tampoco se puede poner en duda todo».
El citado código ético prohíbe pagos a partidos y políticos para lograr favores, así como obliga a cualquier miembro de los órganos de la CEOE a informar al presidente si se abre un procedimiento penal -finalmente se ha desestimado que baste con una imputación, como se pretendía en un principio- en su contra, a fin de poner su cargo a disposición del mismo hasta que se depure su responsabilidad.
También se aprobaron las cuentas anuales de la patronal -un presupuesto de 19 millones de euros para 2013, casi un tercio procedentes del erario público-, si bien se dejó la reforma estatutaria para una próxima asamblea extraordinaria.